Después de quince días con la borrasca Noa trayendo viento y lluvia, el tiempo cambia y se espera que el calor y las altas temperaturas dominen lo que queda de abril. Así lo ha indicado la Agencia Española de Meteorología (Aemet), que prevé un ascenso generalizado de los termómetros, sobre todo en el oeste de Castilla y León y Extremadura. En el Mediterráneo también hará más calor de lo normal, siguiendo la tendencia de la Semana Santa. Las lluvias serán escasas en esta segunda quincena de abril, según la previsión de José Antonio Maldonado, director de meteorología de Meteored. Sólo se esperan algunas precipitaciones en Galicia, la mitad oriental del Cantábrico, Pirineos y algunos puntos del Mediterráneo.En la última semana del mes, las temperaturas seguirán siendo elevadas en todo el país, pero podrían venir acompañadas de lluvias "más abundantes de lo normal" para esta época del año en el sur, este y Canarias. Esta situación podría aliviar un poco la sequía meteorológica que sufre el país, aunque Maldonado advierte que el agua sería insuficiente para compensar el déficit de precipitaciones que acumula nuestro país. Los meteorólogos están preocupados por las estimaciones de lluvias para esta segunda quincena de abril. Como señalaba en un comunicado reciente Rubén del Campo, portavoz de Aemet "no hay perspectivas de grandes cantidades de lluvia", lo que "agrava" la sequía meteorológica de larga duración que padece España y que afecta especialmente al nordeste de Castilla y León, País Vasco, Navarra, norte de Aragón, Cataluña, Andalucía y el sur de Castilla-La Mancha. La escasez de lluvias en lo que va de primavera empeora la situación de la precipitación acumulada desde el 1 de octubre hasta la primera semana de abril, que ha sido de 334 litros por metro cuadrado en el conjunto de España, un 19 % inferior al valor normal para ese periodo (411 litros). Las zonas más afectadas por el déficit hídrico son la zona cantábrica —excepto Galicia—, gran parte del este peninsular, el sur y Canarias, salvo el sur de Tenerife. Según Del Campo, las perspectivas para mayo no son muy favorables en cuanto a lluvias, y junio suele ser un mes seco. Además, los modelos indican que el verano será "muy caluroso", con temperaturas bastante superiores a lo habitual. "No sabemos si tanto como el año pasado, pero sí muy altas", concluye el experto.