Se ha iniciado la limpieza de las tierras contaminadas de Palomares. La cosa va a ir lenta, nos indica el senador del Pp, Jesús Caicedo, pero él y sus compañeros están en disposición de ir retirando la tierra contaminada y llevarla hasta los responsables políticos la España actual, los Albares, la Morant, el Sánchez y alguno más que debe andar escondido entre los papeles que duermen en los cajones desde hace unos cincuenta y nueve (59) años, ya que estos, en clara connivencia con los mandos de EEUU no están por la labor de la limpieza de estas arenas contaminadas.
Peligrosa, justo es reconocerla, la ardua tarea que se han echado sobre sus espaldas estos esforzados políticos almerienses, ante la magnitud de arena por retirar, pero la fe mueve montañas, y andan ellos, botes en mano, llevando a los políticos que mandan desde los madriles, un regalo de las tierras del levante almeriense. Hace algunos años nos llevábamos de nuestra provincia la fritada de Suflí, primero fue la de Purchena, no la debemos olvidar, aunque el tiempo y la crisis la borró de nuestras despensas.
Hoy podemos presumir de tomate Raf, de tirabeques o présules de Dalías, gambas rojas de Garrucha (Carboneras anda pidiendo que se reconozca también como suyo el exquisito rayao de sus mares), pero sobre todo se está poniendo de moda, y que dure mucho tiempo, presentarse en Madrid, en el Senado lo hizo Caicedo, mañana otro lo hará en las Cortes, con los botes de arena contaminada de Palomares. Con la fritada Suflí no había problema, de los Raf solo sabor se puede esperar, algo que podemos asegurar de los tirabeques, y de las gambas mejor no hablar, que sube el precio, pero las tierras, señores políticos, están contaminadas. ¿Lo sabían? Y pueden ser un peligro para su salud, como viene siendo durante los últimos 59 años para los almerienses que viven en esa zona.
Claro que a ustedes ¿qué más les da? Lejos está Villaricos, lejos Palomares, lejos y sin Ave del oscarizado ministro Puente sigue Almería. Dirán que soy malo, pues sí, pero me encantarían que se contaminaran todos y cada uno de los gobernantes que ha tenido este país ¿cómo lo llaman Sánchez y el mochito?, con las arenas de Palomares. Pero contaminaos de verdad, a lo bestia, con “salpullios y picores en to el cuerpo”, que no se mueran, por Dios, pero que se pasen toda la noche, de los siete días de la semana, rasca que te rasca, y no el cupón de la Once. Por lo menos así aprenderán algunos. Yo ampliaría el número de botes de arena contaminada, y los llevaría a la casa de Felipe, de José María, de Zp, de Rajoy y el que lo acaba de recibir, Sánchez. Todos han tenido una oportunidad, todos les han fallado a los vecinos de Palomares, que se rasquen un poco cada noche, nos encantaría.