Durante las últimas semanas han sido muchas las voces que han hablado del agua, y miren ustedes por donde, no ha habido ni una que nos haya traído cierta tranquilidad. Si empezamos por la de la ministra de ese gobierno que dejó pasear al de la fregona por España y no dio orden para que lo detuvieran, Teresa Ribera, dijo muy alto, no tuvo reparo en ello, que: Nos pongamos como nos pongamos, ni hablar de aumento en el trasvase Tajo-Segura. Quizás nos encontremos con todo lo contrario.
Si la ministra era la primera voz, la de otra mujer, más cerca al ser la que lleva las riendas del ayuntamiento de Almería, María del Mar Vázquez, ha aprobado en plena feria de la ciudad la subida del precio del agua que llega a los grifos de los ciudadanos. No es mucha la subida, en torno al 36% al año. Les parece poco, ese 36 por ciento. Lo importante para los vecinos será cuando en unos meses les lleguen los recibos. Hay verá la realidad del aumento. Se dijo a los vecinos con casa en propiedad que la subida del Ibi era mínima, ¡ja ja ja! y la misma se ha ido a un promedio de cerca de doscientos euros por domicilio.
Los vecinos de Fiñana y Gérgal se encontraron en agosto con la noticia de que no podían regar sus huertos, quitar en calor de las aceras, baldear patios, lavar el coche. Que solo podían usar el agua en cuestiones solo y exclusivamente domésticas. Lo siento por las macetas, pero se van a secar. No las pueden regar, no entran las pobres mías en el apartado que han dado a conocer los alcaldes de estos municipios. Lloran las margaritas, las rosas, los geranios, la planta del dinero y hasta los potos, que son de los que menos agua necesitan. Hace unos días el alcalde fiñanero manifestaba que no hay agua, que habrá más restricciones todavía.
Diputación haciendo sondeos en la provincia para solucionar problemas de abastecimiento en pueblos. ¿Llega a todos? ¿Y Fiñana? ¿Qué sería de estos pueblos sin el apoyo de la institución? ¿Es la única que hay? Lo parece. Y mientras Zp, la esperanza venezolana, se ríe con cara de cómico inglés: nos jodió el Phn, pero él disfrutó haciéndolo. Si es que los hay…
La única voz que no hemos escuchado en profundidad es la del responsable de las aguas de la Junta. ¿Quién se encarga de ellas? Antes creo que era doña Carmen Crespo, que en estos días hablaba del Ave y su llegada a Almería. ¿Del Ave? Yo la creía en Bruselas, cobrando doce mil euros al mes, más otros doce mil de dietas, total 24.000, y de charla con Gallart sobre la pesca. Nos gustaría oír al responsable del agua de la Junta hablar sobre el plan que tiene el gobierno de Moreno, ese “peaso de corazón”, para encontrar una solución (que no sea un cambalache como al que se ha llegado con Níjar) a las diferentes aguas (todas y en todos los pueblos) que durante este verano les ha preocupado a miles de almerienses.
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