La portavoz del PSOE del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Almería, Adriana Valverde, presentaba con gran “orgullo y satisfacción” —que diría el Emérito ante el belén navideño en sus buenos tiempos— que iban a proponer que la futura estación del AVE sea denominada Carmen de Burgos.
A esta iniciativa se sumaba inmediatamente la Asociación de la Prensa de Almería.
Su propuesta coincidía con otra noticia, y es que el segundo chequeo al tramo LAV Murcia-Almería realizado por ObjetivoAlmeríaAVE-CorredorMediterráneo dejaba dos claves para titular a esas mismas horas. Uno es que “El ritmo sigue estando “al ralentí” y a lo largo de todo del trazado del AVE a su paso por la provincia de Almería, los trabajos que se observan son en tajos puntuales”, y que “LA SITUACIÓN Y EL ESTADO DE LAS OBRAS ES AÚN, A DICIEMBRE DE 2021, MUY PREOCUPANTE”.
El “ralentí” al que van las obras del AVE contrasta con las urgencias por ponerle nombre a la estación, y lo “preocupante” de la lentitud de las obras, con la tranquilidad con la que el PSOE se toma todo esto.
No tengo nada en contra de Carmen de Burgos, todo lo contrario, pero me parece de una absoluta falta de imaginación la iniciativa, porque a cada “algo nuevo” que se hace en Almería, el primer nombre es el suyo, aunque ya tiene una calle, el Paseo Marítimo, unos premios de de ensayo y algunas otros reconocimientos más.
¿De verdad que no hay más mujeres —si de ello se trata— almerienses, o por extensión, personas ilustres en la provincia de Almería, que merezcan este detalle? ¿De verdad?