La muerte de la ventrílocua Mary Carmen y sus muñecos ha dejado un vacío en el mundo del humor y el espectáculo. La artista, que falleció el pasado jueves en Tenerife a los 80 años como consecuencia de una caída¹², fue una de las pioneras en dar vida y personalidad a sus marionetas, con las que abordó temas sociales, políticos y culturales de su época.
Sus muñecos, como doña Rogelia, Deisy, el pato Nicol o el león Rodolfo, se convirtieron en personajes queridos y populares, que acompañaron a varias generaciones de españoles en programas de televisión, teatro y radio. Con ellos, Mary Carmen no solo hizo reír, sino que también reflexionar sobre la realidad que le tocó vivir.
Uno de los temas que trató con valentía y naturalidad fue la homosexualidad, que en los años 70 y 80 era todavía un tabú en la sociedad española. Su pato Nicol fue el primer muñeco en salir del armario con la percha en la espalda³, y lo hizo con humor e ironía, sin miedo al qué dirán. Nicol se convirtió en un icono gay, que rompió estereotipos y prejuicios, y que reivindicó el derecho a ser diferente y a amar libremente.
Otro tema que abordó con sensibilidad fue la soledad de los mayores, que muchas veces son olvidados o marginados por la familia o la sociedad. Su doña Rogelia era una anciana entrañable y sabia, que contaba sus vivencias y sus consejos con gracia y ternura. Doña Rogelia era un reflejo de la España rural y tradicional, que contrastaba con la modernidad y el progreso de las ciudades. Con ella, Mary Carmen quiso dar voz y visibilidad a los mayores, y recordar el valor de la experiencia y la memoria.
También trató el tema del mundo rural con Orejilla del Sordete, ese lugar que representaba la cultura popular y el folclore de su tierra natal, Cuenca .
Mary Carmen fue una artista completa, que supo crear un universo propio con sus muñecos, que eran más que simples objetos. Eran seres con alma, con sentimientos, con opiniones, con sueños. Eran seres humanos, que nos enseñaron a reír, a pensar, a sentir. Eran seres inolvidables, que nos dejaron un legado de humor y de humanidad.