En el pleno del Ayuntamiento de Almería, la bombero María Monje de Pro, representante del sector, presentó una serie de quejas y preocupaciones que afectan a su colectivo. En principio, y según el secretario municipal, ese no era el lugar para expresarse ya que para eso estaban los órganos de negociación colectiva, y no la audiencia pública de los plenos, pero la alcaldesa, María Vázquez, cedió a las pretensiones y le dio la palabra. Monje hizo hincapié en la importancia de adherirse al reglamento orgánico de pleno, que fue votado por unanimidad en la corporación pasada, y recordó a los presentes las normas de participación ciudadana.
Monje expresó la necesidad imperiosa de que los bomberos sean escuchados y sus inquietudes atendidas, subrayando que la primera preocupación de un bombero es atender al socorro de las personas con conocimiento y seguridad. Además, destacó la importancia de salvar bienes materiales y realizar un trabajo de calidad, resaltando los riesgos a los que se exponen, como la exposición a contaminantes.
Finalmente, María Monje solicitó el reconocimiento profesional de las funciones de los bomberos y una gestión transparente de los fondos destinados al servicio, temas que considera deben ser tratados en la mesa general de negociación.
La intervención de Monje pone de manifiesto las dificultades y desafíos que enfrenta el cuerpo de bomberos, así como la necesidad de un diálogo constructivo y el apoyo de la administración para mejorar las condiciones de este servicio esencial.