Los ERE fulminan a un régimen
Por
Ramón Fernández-Pacheco Monterreal
domingo 24 de noviembre de 2019, 05:00h
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Las sentencia de los ERE condena un modo de hacer las cosas en política y fulmina a un régimen político que ha pervertido la democracia en Andalucía, dopando los resultados electorales en nuestra comunidad durante décadas, al propiciar una red clientelar de votos para el Partido Socialista. Y al margen de la descomunal cantidad de dinero robado y su altamente improbable reintegro a la sociedad, me gustaría centrarme en un aspecto que quizás no está siendo demasiado tratado estos días: el coste de las oportunidades perdidas. Más difícil aún que recuperar el dinero desviado parece la posibilidad de que las provincias andaluzas recuperen las oportunidades de crecimiento y desarrollo perdidas por culpa de quienes, en lugar de poner ese dinero público al servicio de todos, lo usaron para cerrar empresas y garantizarse una falsa paz social al estipendiar a la sociedad andaluza con subsidios y ayudas, en lugar de poner en sus manos herramientas para el desarrollo y la prosperidad. Ese es a mi juicio el principal daño del escandaloso modus operandi del PSOE en Andalucía durante las últimas décadas. No es tolerable, por impúdico, el argumento que está intentando trasladar al PSOE acerca de una presunta falta de enriquecimiento personal de los principales responsables de la trama. El lucro no se produce tan solo por el uso indebido de cantidades de dinero en beneficio propio. Existe un evidente lucro personal que se explica en que el dinero que se roba se empleó, además de en usos vergonzantes, en la creación de un sistema clientelar de fidelización del voto para conseguir perpetuarse en el poder. Casi cuarenta años les funcionó el invento, hasta que unas elecciones propiciaron el final de ese régimen tan improductivo como impresentable, que estaba haciendo de la Junta de Andalucía del PSOE en un factor limitante del crecimiento de nuestra tierra, permitiendo y consintiendo el robo de cientos de millones mientras obras y proyectos en todas las provincias, especialmente en Almería, se quedaban paralizadas y olvidadas. Es indignante pensar que la misma Junta socialista que no fue capaz de terminar de pagar obras en Almería como la rehabilitación del Ayuntamiento, el Materno Infantil o la Autovía del Almanzora, era la misma en la que se montaban ERES falsos y se corrían juergas a cargo del contribuyente. No podemos consentir que ese tiempo de despropósitos y delitos vuelva jamás a Andalucía.