Es la escena del cazurro que exhibe por el pueblo el jabalí abatido atado al capó del Suzuki. El PSOE de Almería se ufana de la pieza cobrada. Acaban de congratularse por la sentencia del TSJA, que paraliza el traslado de los ficus de la Plaza Vieja, y lo venden como un logro que viene a satisfacer a la sociedad almeriense enormemente concernida con la deforestación de esta plaza mayor.
Este episodio es uno más de los que el PSOE utiliza como factor limitante para el desarrollo de la ciudad. No nos produce ningún beneficio ni solventa un presunto atentado ecologista u otros argumentos de oportunistas salvapatrias; es, sencillamente, la exhibición del cobro de la pieza. Una procesión de interés puramente cinegético, que cuenta con la aportación del protagonismo siempre atento de Ciudadanos.
La trayectoria del PSOE en Almería está plagada de acciones fundamentadas en la envidia, la revancha y la avería. Impidieron la llegada de El Corte Inglés, obligando a la ciudad a renunciar a uno de los motores comerciales que hubiesen configurado un motor económico y social muy experimentado y exitoso. Nos engañaron con el Materno-Infantil, Casa del Mar, trasvase del Ebro, desaladoras… y, cuando no se retrataban, inducían performances por el derribo de la cochambre del Toblerone y otras acciones tendentes a limitar y malograr cualquier iniciativa que no contase con su protagonismo.
No se engañen, Al PSOE de Almería le importa una higa la pervivencia de los ficus; ya lo demostró cuando destruyó decenas en Obispo Orberá. Siempre ha utilizado el mantra de las sensibilidades medioambientales para esconder su inutilidad: sapo leproso, alondra de Dupont, tortuga mora, artos… Estos argumentos, junto a una centralita telefónica y una caja de caudales, han servido para demorar o eliminar proyectos que han sucumbido para desgracia de nuestro sufrido presente y, a pesar de esta desgracia socialista, para un futuro en el que hemos de redoblar esfuerzos para resarcirnos del daño causado por el mayor factor limitante para nuestro progreso. O sea, el PSOE de Almería y sus oportunistas acólitos.