Los armadores de Almería han expresado su preocupación y escepticismo ante el reciente acuerdo alcanzado entre los pescadores de arrastre y el Gobierno, que busca recuperar los 130 días de pesca para el próximo año. A pesar de la intención de las autoridades estatales de mejorar la sostenibilidad del sector pesquero, los armadores locales temen que las nuevas regulaciones no solo afecten sus capturas, sino también la estabilidad laboral en la provincia.
Los pescadores almerienses consideran que las medidas propuestas, como la entrega de nuevas redes y mejoras en las embarcaciones, no garantizan la viabilidad del sector. Los armadores no creen que vayan a obtener los mismos ingresos. Este escepticismo se basa en experiencias previas donde se ha evidenciado una reducción significativa en las capturas. Según sus estimaciones, mientras el Gobierno asegura una pérdida del 5%, ellos sostienen que las pruebas realizadas indican una disminución real entre el 40% y el 50%.
La situación se complica aún más con la posibilidad de estar parados durante medio año, lo que podría resultar en despidos masivos. "Va a ser un año muy complicado", afirman los armadores, quienes anticipan cambios drásticos en el patrón de explotación de sus embarcaciones. La necesidad de adaptar tanto la malla costera como la de profundidad implica un cambio significativo en su operativa habitual, lo que podría traducirse en menos ingresos y una menor rentabilidad.
Este contexto plantea un desafío considerable para los pescadores almerienses, quienes ven amenazados no solo sus medios de vida, sino también la tradición pesquera que ha sido parte integral de la economía local. A medida que se implementen estas nuevas normativas, será crucial observar cómo afecta a esta comunidad y qué medidas adicionales podrían ser necesarias para asegurar su sostenibilidad y bienestar.
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