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Matemáticas en política

Por Rafael M. Martos
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miércoles 06 de febrero de 2019, 19:06h

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Los políticos y las matemáticas no se llevan bien, y para eso basta escucharles en los debates presupuestarios… la interpretación de los mismos números hecha por unos y otros puede ser absolutamente divergente, incluso esas mismas cifras, analizadas por el mismo partido al cambiar de ubicación, pueden ser expuestas de modo distinto sin despeinarse.

Es por eso que cuando se aplican las matemáticas a la política, lo común es acabar también estrellándose, pero la izquierda y la derecha andan empeñados en contradecir los números, como lo demuestra que cuando la derecha se divide, gana, y cuando la izquierda se une, pierde. Pero no es cuestión de ideología, no, es cuestión de opciones y probabilidades.

Vale, es una generalización, pero admítase que lo es tanto como la afirmación contraria, que es la que se empeña en sostener en ambos lados del tablero.Todos creen que se suma sumando, cuando a veces, sumar, resta.

Ya pasó con la unión de PSOE e Izquierda Unida ¿recuerdan a Almunia y a Frutos firmando? ¿recuerdan cómo les fue en aquel ensayo de “casa común”?

Mientras el ínclito José María Aznar pone en valor que él unió a todo el centro derecha, y que eso le llevó a La Moncloa, sin percatarse que con los números en la mano fue la caída de la izquierda, ahora sostiene que Pablo Casado debe aspirar a lo mismo. Eso sí, no explica por qué con todo el centro-derecha unido, el PP no lograba gobernar en Andalucía a pesar de ser los más votados –y en tantos y tantos ayuntamientos de todo el Estado- y ahora, con el PP fracturado en tres –falso, solo en dos- habiendo perdido, gobiernan en Andalucía y se abre la puerta a lograr muchos ayuntamientos repitiendo un esquema que impedía su unicidad.

En la izquierda sucede lo mismo, que quieren ir contra la tozuda realidad, y es que a más “confluencia” menor “afluencia”. Podemos por su sí solo, logró cinco escaños en las europeas, y de ahí nacieron sus confluencias, hasta el punto de que en el Congreso de los Diputados, Podemos solo es uno más de una maraña de organizaciones y colectivos aunque todos vistan de morado, pero aún así, no les fue del todo mal en las primeras generales a las que se presentaron.

Ahora bien, Unidos Podemos supuso perder un millón de votos respecto a lo que suponía la maraña podemita y la propia IU. No contentos con el desastre, decidieron copiarlo con Adelante Andalucía, y el resultado es conocido, perdieron de nuevo votos y escaños respecto a lo que eran Podemos e IU por separado, cuando incluso sumaban dos partidos políticos más.

Todo esto se puede extender hasta el infinito, pero supondría una inversión de los elementos de la operación, de tal modo que el PP puede acabar siendo reducido a cero por quienes podrían ir aglutinando a sus votantes, llegando así a la unidad –quizá con otras siglas- que les mandaría a la oposición. Por el contrario, los malos resultados en la izquierda, el echarse las culpas unos a otros, podría marcar la división, que les volvería a facilitar llegar a acuerdos de mayoría en las instituciones cuando lelgaran como formaciones independientes y gobernar… y de nuevo, el mismo proceso.

Hasta ahora ha sido así, y de hecho el PSOE ha gobernado tanto y en tantos sitios porque siempre tenía alguien con quien pactar, a diferencia del PP, pero como dicen cuando te venden un producto bancario “rentabilidades pasadas no comprometen rentabilidades futuras”.

Rafael M. Martos

Editor de Noticias de Almería

Periodista. Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y la novela "Todo por la patria"