Si hay algo que hemos aprendido del PSOE andaluz es que, a veces, la política se asemeja más a un juego de sillas musicales que a una carrera por el poder. La reciente decisión de Juan Espadas de no presentarse a las primarias ha dejado a muchos con la boca abierta, como si hubieran visto a un flamenco bailar salsa. Pero, ¿realmente sorprende tanto? Si uno se asoma a las hemerotecas (o simplemente le pregunta a Google), verá que Espadas estaba destinado a calentar el asiento del líder de la oposición hasta que María Jesús Montero decidiera dar el salto y liderar el partido.
Montero encabezó el "sanchismo" en Andalucía, contra su "jefa" Susana Díaz, y acabó de ministra de Sánchez. La tarea de Espadas no era otra que aguantar frente a Juanma Moreno Bonilla, que debía haberse deteriorado electoralmente, pero... ha ocurrido todo lo contrario.
María Jesús Montero, la actual ministra de Hacienda y ex consejera con Manuel Chávez y Susana Díaz, parece ser la elegida para tomar las riendas del PSOE andaluz. Sin embargo, su historia está marcada por decisiones que han dejado huella en los andaluces. Recordemos su papel en la financiación autonómica: mientras Cataluña se hacía con su cupo y Andalucía se quedaba mirando como quien observa cómo se lleva el último trozo de tarta en una fiesta infantil, Montero fue vista como una especie de "Robin Hood"… pero al revés.
La verdad es que la imagen de Montero no es precisamente la mejor entre los votantes andaluces, y no solo porque aquí dar el liderezgo a alguien que se sienta en un consejo de ministros con buen rollito con Bildu, o ERC... esas cosas no gustan en Andalucía. Su historial como ministra ha sido más bien un desfile de concesiones a los catalanes, dejando a Andalucía con menos recursos que un mago sin sombrero. El Partido Popular estará encantado de recordarle cada vez que pueda esos "olvidos" presupuestarios. Es como si estuvieran esperando tras una esquina con una pancarta que diga "¡Gracias por volver!".
Pero no todo está perdido para el PSOE. Aún tienen tiempo para buscar alternativas frescas antes de las próximas elecciones autonómicas. Sin embargo, hay que tener cuidado: lanzar una nueva figura puede ser tan arriesgado como intentar hacer malabares con tres flamencos inflables en una piscina llena de tiburones. Porque claro, ¿quién quiere ser el siguiente en caer en la trampa del liderazgo y acabar siendo recordado como "el que no supo hacer frente al PP"?
Y mientras tanto, Juan Espadas seguirá su vida política en el Senado, donde parece haber encontrado su verdadero hogar. Allí podrá seguir haciendo discursos sobre lo maravilloso que sería ganar unas elecciones algún día… o simplemente disfrutar del café y las galletas en las sesiones de control al gobierno de Juanma Moreno.
Así que aquí estamos, ante un PSOE andaluz buscando desesperadamente un líder capaz de unir y revitalizar al partido. Mientras tanto, nos queda la esperanza (y el humor) de ver cómo se desarrollan las cosas: ¿será Montero la salvadora del socialismo andaluz o simplemente otra estrella fugaz en el firmamento político? Solo el tiempo lo dirá… y quizás unos cuantos memes más.