Quizá sea la única canción dedicada a ese “combinado de ingredientes” que es la basura, a ese “obstáculo impertinente” que son sus contenedores, a los camiones que “sin demasiada ternura” los recogen y “engullen uno a uno”, según escribía Rosendo Mercado, quien hablaba de las bolsas que “coloreando el ambiente” acaban “sugiriéndote alicientes que acabarán con el tedio”.
Rosendo no podía imaginarse que tantos años después de su “Loco por incordiar”, alguien iba a dar el cante también con la basura. Eso sí, no con tanta poesía, pero sí en Almería (que rima… algo es algo).
Prietas las filas tras la jefa, segura, los socialistas del Levante se alzan en armas porque el PP se ha hecho con la presidencia del Consorcio de Residuos del Levante-Almanzora, y mientras posan para la foto de prensa como quien está dispuesto a morir fusilado por sus ideales… quien presentaban como candidato a ese cargo, el alcalde de Arboleas, Cristobal García, incrédulo, se pregunta qué interés pueden tener los populares en presidir el ente “si sólo se trata de gestionar la basura”.
Y nosotros, los periodistas, pasmados oyéndole nos preguntamos ¿y qué interés tiene el PSOE en escenificar como un tres de mayo madrileño el no lograr la presidencia del Consorcio… si solo se trata de gestionar la basura?
Aquí el que se ha llevado al agua el gato que merodea entre los cubos malolientes es Indalecio Modesto, ese personaje peculiar que no tuvo empacho en hacer campaña por Ciudadanos siendo concejal del Partido Andalucista, ese personaje que perdió la mitad de los votos al cambiar de color, y que de dos ediles se quedó en uno… uno, pero suficiente para decidir quién sería el alcalde de Cuevas.
Indalecio decidió, y lo hizo por el socialista, que inmediatamente le nombró concejal de Cultura, pese a que Ciudadanos tiene prohibido entrar en gobiernos –que se lo digan a Miguel Cazorla-, y que mientras los suyos piden eliminar organismos en todas las administraciones, él reclama empresas públicas municipales y entes autónomos que queden bajo su control. Así es él.
Dice Juan Antonio Lorenzo, el portavoz del PSOE en la Diputación, que es falso el documento que mostró el vicepresidente, Javier A. García, en el que ellos y Ciudadanos firman que si Modesto apoya al de Arboleas como presidente, éste le hará vicepresidente. “¡Es falso! ¡Es falso!” gritan lo socialistas, sin caer en la cuenta que no es el PP si no Ciudadanos –el otro firmante- quien da veracidad al acuerdo.
En el mismo momento en que el naranjito cuévano se abstiene, y así logra la presidencia el candidato del PP, Ciudadanos le abre un expediente por no cumplir las decisiones de niveles superiores. No hace falta ser muy listo para comprender que si Modesto es expedientado tras dar la presidencia al PP, es porque efectivamente había un pacto con el PSOE.
Y aturdido por las emanaciones de metano no es fácil discernir por qué el PSOE arremete contra el PP, acusándole de tener un pacto –que ellos niegan- con Modesto, como si ese fuera el origen una peste bubónica que amenaza las vidas y las haciendas de los almeriense del Levante y el Almanzora, y por el contrario, ese mismo pacto, en los mismos términos si la rúbrica es socialista, es un bálsamo con olor a madreselva y lavanda.
Lo que huele es el interés de Indalecio Modesto en ser vicepresidente, y que su partido, ese que rechaza formar parte de equipos de gobierno, estuviera dispuesto a que ocupara el cargo.
Lo que está claro es que el alcalde de Cuevas, Antonio Fernández Liria, debe poner sus barbas políticas a remojar, que quien con niños se acuesta… acaba llenando bolsas de basura con pañales.