La Junta de Andalucía, gobernada por una mujer, la socialista Susana Díaz, tiene también un techo de cristal para las féminas, que solo logran ser mayoría en los cargos de segundo nivel, según ha constatado Noticias de Almería de fuentes oficiales.
Si antes de que lo hiciera el PSOE-A, el PP y el Partido Andalucista ya habían presentado candidatas a presidir el Gobierno andaluz y habían tenido mujeres al frente, lo cierto es que con Díaz como máxima responsable del Gobierno y del partido, la presencia femenina se reduce a ocupar puestos secundarios en el organigrama de altos cargos.
De este modo, hay ocho consejeros y cinco consejeras, que es un dato que ni tan siquiera se equilibra metiendo a la presidenta, que daría un resultado de ocho a seis. Pero cuando bajamos a las viceconsejerías, ya sí vemos que se invierte el dato, y son ocho mujeres y seis hombres.
En la parte más administrativa, pero igualmente de altos cargos designados a dedo, advertimos que son 16 mujeres y 19 hombres los que ocupan las secretarías generales, pero si descendemos al siguiente escalón, que es el de las secretarías técnicas, ahí ellas son nueve y ellos cuatro.
En las direcciones generales y delegaciones de Gobierno, los hombres son 42 y las mujeres 31, y al frente de las delegaciones territoriales, son 35 hombres y 21 mujeres, y en el grupo genérico de “altos cargos” son 16 hombres y 10 mujeres.
Entre el funcionariado ocurre algo similar, ya que en el grupo A1, desde el nivel 25 hasta el 30 son mayoría los hombres, que en el último escalafón son 75 frente a 144. Si vamos al grupo A2, sucede algo parecido, ya que entre los niveles 18 a 26, los hombres son mayoría en cinco.
En el grupo C1, de once niveles, los hombres son mayoría en tres, lo que marca de nuevo la tendencia, y es que cuanto más abajo se mira, más mujeres hay. Así, en el C2, de 14 niveles, solo hay mayoría de hombres en cuatro.
En el grupo E, donde hay 11.780 funcionarios, solo se encuentran 27 mujeres, lo que invierte la tendencia, pero completa el panorama de la administración andaluza, en la que los hombres copan los altos cargos designados a dedo, pero también los puestos más básicos, mientras que las mujeres se desempeñan en puestos intermedios.