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La carta de Kichi a Monedero

Por Javier G. Pulido
jueves 24 de mayo de 2018, 15:48h

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Esta carta de Kichi al infautado Monedero es lo más políticamente interesante -con sideral distancia- de todo lo que se ha producido a cuenta de la polémica del chalé (y mira que se han escrito cosas).

Y lo es porque al responder a Monedero en su papel de Savonarola ultrapablista, Kichi -seguramente, sin pretenderlo- saca a la superficie elementos nucleares del nefasto papel de Podemos en relación a la liberación nacional y social de Andalucía.

Kichi recuerda los actos del malaje Monedero y los describe en su carta, retratando la clásica pose del supremacismo español en relación a Andalucía en su versión “progre”: el desprecio guiri envuelto en paternalismo.

Las preguntas que surgen a continuación de leer la carta de Kichi son obvias: ¿porque sólo ahora encuentra y ahora cita esas actitudes coloniales en Monedero cuando constituyen la quintaesencia del funcionamiento de Podemos, de la naturaleza de su cúpula madrileña; de su función política en relación a Andalucía desde su misma constitución?. ¿Porque si se dio cuenta tan pronto de lo que denuncia, se sometió y se somete a la indignidad de situarse tras esos españoles que sólo quieren a los andaluces como palmeros, coros, teloneros o desgastasuelas?

¿Que tiene que leer Kichi -a estas alturas- para entender que lo que pasa en Cádiz en relación a Madrid -y que tan bien describe- es sólo la aplicación practica y concreta de la relación histórica entre Andalucía y España; la relación entre el oprimido y el opresor?.

Podemos fue el fruto mixto de una profunda indignación social y de una al menos equivalente falta de conciencia política y organización popular. Hondo malestar más a la vez honda alienación igual a Podemos. De ahí su curso español y su discurso españolista; su practica política y su nivel de debates (y lo del chalé, hace funciones de resumen y conclusión de todo ello)

Dice Kichi que “ante la duda prefiero equivocarme con mi gente que acertar solo”. “Equivocarme con mi gente” ¿significa -después de decir todo lo que dice y describir todo lo que describe- seguir contribuyendo a mantener a los andaluces como mulas enjaezadas de masoquismo tirando del carro español, sea en versión Iglesias, Errejon o Anticapis?. ¿No se trataba la cosa de desvelar las raíces de la opresión y elevar el nivel de conciencia para así avanzar hasta las puertas de la lucha por la emancipación?.

¿Como -después de todo lo escrito- concluir -como hace Kichi- considerándose aún “primo”, pariente o siquiera cercano de un sujeto que encarna -como tantos otros españoles- la doma y dominio de Andalucía?. ¿Cómo es posible que aún continue situándose en el “Sur” y no en Andalucía?

Kichi se queja. Y se queja. Y sigue quejándose… Pero termina su carta diciendo que se debe a la “España de la gente humilde”. ¿Y de que se queja pues?.

Kichi se queja. Y se queja. Y sigue quejándose… Pero termina su carta diciendo que se debe a la “España de la gente humilde”. ¿Y de que se queja pues?.

Mientras Kichi no sitúe Andalucía como único centro -y no como “sur” de nadie- y entienda que la “Andalucía humilde” nada tiene que esperar de ninguna España (incluida la “humilde”) -porque es España el origen, la causa y el resumen de su opresión- Kichi -admitiéndose a si mismo como suplementario, complementario; siervo o esclavo de España- y la queja de Kichi también, se quedarán políticamente en mero lamento estéril (aunque en el camino desnuden incidentalmente la chulería propia de la Villa y Corte)

Javier G. Pulido

Profesor de Secundaria de Geografía e Historia.