Igea Arisqueta: “En Almería uno solo puede morirse en día de trabajo”
domingo 28 de octubre de 2018, 05:00h
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El diputado de Ciudadanos pone como ejemplo en el Congreso la situación de los cuidados paliativos en la provincia
“En Almería no hay cuidados paliativos los fines de semana, uno solo puede morirse en día de trabajo” afirmó tajante en la tribuna Francisco Igea Arisqueta, el diputado de Ciudadanos que posicionó a su grupo en el debate sobre la ley para una muerte digna.
Igea tuvo críticas para Podemos y para el PP, pero se refirió especialmente al PSOE, al ser Andalucía la Comunidad Autónoma en la que más tiempo lleva funcionado el testamento vital, y puso en evidencia que es un fracaso, y de su palabras se deducía que éste se debe tanto a la falta de información como la actitud de algunos profesionales médicos o del ámbito de la administración de Justicia.
El diputado acusó al PSOE de decir “cosas que también son falsas, porque no es verdad que el problema esté solucionado, como se ha dicho muchas veces, ni es verdad que en las autonomías ya estuvieran haciendo esto”.
El diputado apuntó que al menos del 50 % de los andaluces a los que se les pregunta entienden que se han respetado las últimas voluntades de sus familiares a la hora de fallecer; menos del 30 % fallecieron en casa, pero es que el 30 % de la gente que fallece en este país no conoce su diagnóstico y el 50 % de la gente que está en paliativos ni siquiera sabe que está en paliativos y que no tiene expectativa de curación.
El portavoz de Ciudadanos afirmó que “Se oculta la información, no se proporcionan los medios” y concluyó que “esta es la realidad y por eso era necesario traer la ley que trajimos a esta casa”.
Igea, en la sesión seguida por Noticias de Almería, puso algunos ejemplos extraídos del informe del Defensor del Pueblo andaluz sobre la aplicación de la muerte digna “en la comunidad que más tiempo lleva con una ley que sigue sin funcionar”. Así detallo que “Para una señora de noventa y cuatro años con alzhéimer, con disnea, con tos, sin poder tragar, su familia pide sedación al médico, y le responden: ¿Es que quiere usted asesinar a su madre? Otro testimonio: Mi compañero, ya hospitalizado, pidió que le sedaran cuando estaba claro. Su oncóloga le hizo ciertas advertencias sobre la responsabilidad que dejaba en sus seres queridos: que nunca puede saberse el tiempo que dura ni la respuesta en cada caso personal. Me vi obligada a sacarle el documento de testamento vital. Otro caso: En Almería no hay cuidados paliativos los fines de semana, uno solo puede morirse en día de trabajo. Así, una y otra vez, episodios de familiares que piden que no se ponga una sonda nasogástrica. Como el de un paciente de noventa y cuatro años, con una hemorragia cerebral masiva, sin ninguna expectativa de vida, y un secretario judicial que dice: ¡Ah! ¿Es usted la que quiere matar a su madre? Esta es la realidad en este país y por eso es necesario acabar de una vez nuestra propuesta de ley. Es intolerable que llevemos un año y medio con este asunto. Necesitamos que haya una ley sancionadora que permita a los familiares y a los españoles saber que sus derechos se van a ejercer con seguridad, no una ley sin garantías y sin derechos”.
Para terminar, el diputado afirmó que “este país está sobrado de políticos ignorantes y de políticos fanáticos. Los españoles que se enfrentan a la muerte y al sufrimiento no quieren ni necesitan beatos ni intelectuales de salón, lo que necesitan es que les acompañe gente que tenga compasión y capacidad de consuelo”.