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Andalucía, moneda de cambio

Por Juan Carlos Pérez Navas
jueves 13 de junio de 2019, 10:51h

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La pasada semana, Andalucía, como Gobierno, vivía especiales momentos de vergüenza y de humillación en la sintonía a la que ya nos tienen acostumbrados las derechas desde que hace cinco meses confluyeran, además, con la ultraderecha para forzar un gobierno con los tres partidos que no habían ganado las elecciones autonómicas.

Durante estos cinco meses el Gobierno andaluz ha dado muestras de hacer aguas por todos lados, y se ratificaba semana. Se trata de un gobierno arrodillado a las imposiciones y chantajes de Vox, y a los caprichos de las direcciones nacionales de PP y Cs ante la atenta mirada de los representantes andaluces que permiten que Andalucía sea moneda de cambio y una región utilizada para pactar en Madrid y otros territorios. De esta mantera, las derechas ceden el futuro de los andaluces a golpe de humillación y de chantaje que tanto Moreno Bonilla y como Marín consienten y callan, siendo incapaces de gobernar y de decidir en Andalucía lo que le interesa exclusivamente a esta tierra.

Todos añoramos y echamos de menos no hace tantos meses cómo Andalucía no sólo decidía sus medidas, su rumbo, sus políticas y sus prioridades siendo admirada por otros territorios que nos veían una comunidad pionera en políticas sociales, en igualdad o en innovación con medidas que, inmediatamente, se intentaban copiar y trasladar a otros gobiernos. La bonificación del 99% de la tasa universitaria, los programas de empleo o las ofertas de empleo público en educación y sanidad, son ejemplo de cómo el Gobierno socialista de Susana Díaz trabajaba y, además, marcaba el discurso y la política nacional en materia de financiación y de cohesión territorial de España.

Ahora, seis meses después del 2D a Andalucía se la juegan en despachos y sedes de tres partidos de derecha y ultraderecha sin que ninguno de ellos hubiera ganado las elecciones, ya que venció el PSOE. Los andaluces y andaluzas no dieron a las derechas la confianza mayoritaria para hacer lo que están haciendo con nuestra gente y con nuestra comunidad autónoma. Y todo, a cambio de otros intereses políticos y nunca por el interés general de Andalucía.

El gobierno de las derechas es débil, frágil e inestable y depende de los caprichos de sus dos líderes y de un partido de ultraderecha que no cree en el autogobierno ni en la fortaleza de los andaluces, con lo que falta permanentemente al respeto de sus ciudadanos y de sus sectores productivos y sociales. La ultraderecha pisotea, una vez más, nuestras conquistas como autonomía y todo lo que simboliza el 28F y demuestra lo que siempre han querido ocultar, que no creen ni cuentan con Andalucía.

Se trata de un gobierno que presenta unos presupuestos que van a hacer mucho daño a las familias, ya que plantean un recorte del 32% de las ayudas a las familias a la vez que sube los impuestos a la clase media trabajadora mientras se los baja a las 300 grandes fortunas. El presupuesto de las derechas aumenta los conciertos con la sanidad privada, se olvida de crear 600.000 empleos como prometieron en campaña, y disminuye la inversión pública que acompañaba a los fondos FEDER europeos, además de no garantizar la cobertura de las plazas de los profesionales sanitarios de baja o vacaciones y de frenar la financiación propia de la Junta para violencia de género.

Este es el debate, esto es lo que debería importar y centrar la acción de un Gobierno fuerte, pero no lo es. Es un gobierno pactado entre perdedores que ahora ocupan los sillones, pero están atados de pies y manos arrodillados a la ultraderecha. Los socialistas, como única oposición que puede frenar a las tres derechas en el desmantelamiento de los servicios públicos de Andalucía, quiere que Andalucía vuelva a marcar el rumbo y nos posicionaremos firmemente en contra de unos presupuestos que no son sociales, que no respetan el estado de bienestar y, en definitiva, que no son los que necesita esta tierra porque no crearán empleo ni fomentarán el desarrollo económico; al contrario como se venía haciendo de la mano del PSOE.