Presupuestos sin honra
viernes 14 de junio de 2019, 11:59h
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El pleno en el que se han aprobado los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2019 fue lamentable, porque el bronco Mario Jiménez tiene convertida a la bancada socialista en un club de hooligans desmemoriados. Y esa podría haber sido la foto de la jornada, la del grupo parlamentario socialista sin Susana Díaz, quizá para que el consejero de Hacienda, Juan Bravo, no le echara en cara los sucesivos, permanentes, injustificados e injustificables incumplimientos presupuestarios.
Pero no, el hecho de que el bipartito PP-Ciudadanos prefiriera presupuestos sin honra a honra sin presupuestos es la imagen de una jornada triste, en la que quien gobierna se deja gobernar por una minoría extremista.
La enmienda a la totalidad que presentó Vox fue un gesto de “fumaos” como diría el parlamentario almeriense del PP Pablo Venzal, y cuando alguien está en ese estado, lo mejor es dejarle reposar hasta que se le pase el colocón, y luego ya, si eso, se intenta razonar con él.
La falta de talla del bipartido ha sido impresionante. Su incapacidad para gestionar el embite de la ultraderecha, ha sido de principiantes. No podían haberlo hecho peor. Imposible mayor humillación a la mayoría del Parlamento.
Objetivamente, el 90% de las medidas del pacto forzado por Vox y firmado por PP y Ciudadanos, ya estaba en los presupuestos de un modo u otro, y el otro 10% es fruto únicamente de la mente obsesiva y monotemática de esta minoría. Si por un 10% -o menos- Vox no apoya el presupuesto, es Vox quien ha de dar las explicaciones.
PP y Ciudadanos debían haber aceptado aquello que era aceptable y haber rechazado lo rechazable, y que Vox se hubiese retratado como lo que es.
A Vox solo le interesaba colocar sus cuatro mensajes ideológicos, porque no tienen nada más. Ellos, y su portavoz Alejandro Hernández, se ufanaba de eso en la tribuna, lo que les importaba era haber metido su “terminología” en el presupuesto, que apareciera el término “violencia intrafamiliar”, que apareciera “inmigración irregular”, descalificar la memoria histórica, defender el castellano fuera de Andalucía… es que no tienen otra cosa en mente, si es que no se les puede sacar de ahí, es que no dan para más.
A veces hay que saber decir que no, porque una minoría no puede imponer su ideología a la mayoría aunque tiene todo el derecho del mundo a defenderla.
Y si no hay presupuestos, pues que no los haya, y que Vox explique que se oponen a ellos porque PP y Ciudadanos sí reconocen la existencia de violencia machista, que se oponen porque PP y Ciudadanos creen que hay que seguir dando asistencia humanitaria a las personas que son rescatadas en el mar como establece la ley y el sentido común, que se oponen porque PP y Ciudadanos consideran de justicia que se sigan recuperando los cuerpos y las historias de quienes fueron represaliados durante una dictadura totalitaria, que se oponen porque defender el castellano fuera de Andalucía no es competencia de la Junta, que por el contrario está obligada a defender el habla andaluza…
Todo esto –y lo que está pasando en los ayuntamientos- demuestra que el PP no ha aprendido nada de lo que le ocurrió al PSOE con Podemos, y cómo ha sido que el PSOE ha acabado ganándole la mano. También se ha visto que Ciudadanos no es una veleta, es directamente un ventilador por la velocidad en la que da vueltas sin sentido.
Editor de Noticias de Almería
Periodista.
Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y la novela "Todo por la patria"
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directornoticiasdealmeriacom/8/8/26
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