Las redes sociales –wasap incluido- son una fuente inagotable de noticias falsas, que en ocasiones se aderezan con documentos falsos, y fotografías falsas, lo que demuestra que hay mucha, pero mucha gente desocupada… pero también ingeniosa, y a veces acaban incluso provocando una reflexión.
Veo un comentario en Twitter en el que alguien muestra su sorpresa porque el Decreto de Estado de Alarma permite pasear a las mascotas, pero no sacar a los niños… y alguien le responde que quizá poniéndoles una correílla…
Me mandan un audio en el que alguien dice que en su comunidad se han puesto de acuerdo para comprar el lunes un perro y atarlo en el portal, con el fin de que se lo vayan turnando quienes quieran dar un paseo. Hay quien le contesta que mejor un loro, y así, además te da conversación por el camino.
Mi peluquero, que la semana pasada decidió cerrar como medida de precaución, se encuentra ahora con que se decreta cierre obligatorio de establecimientos de atención al público, pero que él, puede abrir, lo que no dejaría de ser una paradoja dentro de otra paradoja, porque a ver cómo el corta el pelo al personal, o se lo lava, o lo afeita, manteniendo las mínimas condiciones de seguridad.
Si como pasa en mi entorno, alguien cumple años en mitad de la cuarentena, tampoco hay que entrar en pánico, porque la tarta se puede comprar, e incluso muy previsor el Gobierno, permite abrir a las floristerías. ¿Cuántas calles te dejarán recorrer hasta encontrar una?
Yo no tengo perro, ni gato, ni un colorín, pero cuando en casa hemos puesto sobre la mesa el Scattegories para aguantar el último tirón del domingo –¡que largo es, por dios!- he propuesto otro juego en familia: ¿qué aceptaría un agente de la autoridad como animal de compañía en estas circunstancias?
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