Este confinamiento no me tiene aún tan desesperado como para ver Sálvame (Tele5), pero la intervención del médico de Urgencias Jesús Candel, más conocido como Spiriman, ha incendiado las redes sociales, y hasta algunos medios serios se han hecho eco de sus procacidades a la hora de valorar la situación.
El hombre que sacó a Granada a la calle a protestar contra una decisión de política sanitaria del entonces gobierno socialista de la Junta de Andalucía, se ha convertido con el tiempo en un histrión, y como tal ejerce una y otra vez, ansioso de recuperar aquel protagonismo perdido, al precio que sea. Un precio que ha sido incluso que haya presentado querellas contra él, injustas y desmedidas, porque lo que debe hacer la administración cuando se denuncia la corrupción de sus cargos públicos no es llevar a los tribunales a quien lo hace, sino investigar su veracidad.
Spiriman, veo en Youtube, despotricaba ante un confundido Jorge Javier Vázquez (más del PSOE que Pedro Sánchez y Zapatero juntos, lo cual tampoco es difícil) que la situación en los hospitales públicos es crítica, que todo es culpa de los políticos que no han sabido valorar la amenaza vírica, y que eso es el motivo de que el sistema sanitario esté al borde del colapso, los profesionales en el límite de su fuerzas, y la ciudadanía al borde de la extinción.
Para que se hagan una idea más clara de sus palabras, introduzcan un taco y dos insultos después de cada una de ellas, y así obtendrán una imagen más próxima de lo que dijo en Salvame.
Ahora bien, solo una semana antes, también en Youtube, este mismo señor sostenía que el coronavirus era solo un “resfriado común”, y que esperaba que en Andalucía no se impidiera a los niños ir a clase, y además, pedía que hicieran excursiones, y aseguraba que el problema real es que este “resfriado común” tenía la mejor publicidad gracias a la ineptitud de los políticos.
Unos días después, publicaba un nuevo vídeo acompañado de otro médico en el que explicaban que era imprescindible quedarse en casa para evitar el contagio, porque era extremadamente peligroso no hacerlo.
A todo esto, sale Iker Jiménez, el de Cuarto Milenio, y remueve las redes sociales con su afirmación de que “yo sí creo a Spiriman”, y claro, a mi me queda la duda de si cree al del “resfriado común”, al de no salgan de casa, o al de vamos a morir todos.
En fin, días tengo para decidir a cual de los tres me creo yo.