Anonadado me hallo. Tenemos un presidente filósofo… qué digo filósofo… un presidente psicoanalista… qué digo psicoanalista… un presidente presentador de informativo… qué digo presentador… un presidente… pesado.
Alguien debía decirle a Pedro Sánchez –Iván, siéntete aludido- que tan malo es quedarse corto como pasarse, que tan malo es esconderse como hizo en las primeras semanas de la crisis sanitaria del coronavirus, como aparecer en prime-time un día sí y otro también para no decirnos nada.
Comparece el presidente y nos suelta una chapa de alrededor de tres cuartos de hora, en la que empieza poniéndose en plan psicólogo, convenciéndonos de todo lo que nos aporta espiritualmente estar encerrados en casa, de cómo nos descubrimos a nosotros mismos, a nuestro entorno, cómo valoramos cosas que antes no apreciábamos… después se pone sociólogo, y analiza el ámbito de la colectividad, los comportamientos sociales y su significado, y acaba dándonos un resumen de cifras sobre consumo eléctrico y de combustible, de transporte de viajeros, del material sanitario comprado y por comprar, de las pruebas hechas y por hacer, de actos delictivos… como si locutara una pieza de noticias.
¿Qué quería transmitir el presidente Sánchez en la noche del sábado? Es aún hoy una incógnita, porque ni siquiera dijo que iba a ampliar el Estado de Alarma quince días más. ¡Ni eso dijo!.
No ofreció Sánchez ni una sola novedad que no conociésemos por la anterior rueda de prensa que protagonizaron los técnicos del comité de crisis, hasta el punto de que utilizó no ya datos, sino expresiones ya usadas por éstas, como “mercado muy agresivo” entre otras.
Pero lo peor de todo es la incapacidad para responder a las dos o tres preguntas que le hicieron, y que mostraron su insolvencia política ante esta crisis sanitaria.
Desde EsDiario se interesaron por saber si se siente responsable de la gestión desde enero, febrero, y principios de marzo… y el presidente respondió que “desde marzo, abril, mayo (…)”. Es decir, que se desentiende de haber permitido las manifestaciones del 8M y otros eventos multitudinarios, y sobre todo, no asume responsabilidad alguna aunque conocía desde enero lo que iba a pasar.
Desde El Punt Avui cuestionaron si tras las palabras del president Torra, la reunión prevista con los presidentes autonómicos sería normal también con él. Sánchez dijo que sí, que no hay problema. A ver, un tipo miente sobre ti y tu gestión, y tu sonríes???? Que el problema no es que Torra sea independentista, que el problema es que ha mentido, y ha mentido al afirmar que tú, Sánchez, te negabas a imponer el confinamiento en casa, cuando ya estábamos todos encerrados. Que es un mentiroso ¿cómo puede ser tratado igual que quien mantiene lealtad institucional desde la discrepancia, como por ejemplo el presidente andaluz, Juanma Moreno?
Y Canal Sur le pregunta qué opina de que la Junta de Andalucía ya esté realizando test rápidos callejeros, y sobre eso tampoco tiene opinión clara. Que bueno, que vale, que él va a comprar test, que ya llegarán. Pero hombre, si en Andalucía y en Galicia se están haciendo esos PCR ¿por qué el Gobierno del Estado tarda tanto en comprar y repartir? ¿Para eso quería Sánchez la recentralización? ¿para saquear las mascarillas de Andalucía y Madrid, y que además nos tengamos que comprar nosotros el material que él es incapaz de adquirir y gestionar?
Igual era esto lo que pretendía transmitir en su discurso.