Almería está recostada en el sureste de la península ibérica, con unas playas bañadas por el Mediterráneo aún vírgenes en muchos casos, pero también con un interior que se derrama entre distintas cordilleras montañosas, entre la que destaca la que comparte con Granada, Sierra Nevada, y un pasado cuya huella es aún tangible al viajero.
Es posible descubrir Almería en cualquier época del año, porque sus paisajes y climatología se prestan a ello, pero recorrerla en otoño es especialmente gratificante porque el turismo de sol y playa se reduce considerablemente, y eso permite disfrutar de esos mismos lugares, pero de otro modo, además de conocer otros nuevos.
Almería es inmensa y te va a dejar con ganas de seguir descubriendo Andalucía, pero vamos a centrarnos en cinco rincones que no debes perderte en esta época, y lo vamos a hacer comenzando por la capital, luego nos pasearemos por la costa, y acabaremos en el interior de la provincia.
- El casco histórico de la capital almeriense es pequeño, así que en una mañana podrás ver lo más destacado. El centro neurálgico es Puerta Purchena, donde puedes ver, a pie de calle, una estatua de Nicolás Salmerón, quien fuera presidente de la I República Española, y el edificio de las Mariposas, declarado Bien de Interés Cultural. Allí mismo está el acceso a los Refugios de la Guerra Civil, y algo más arriba la Plaza de la Constitución, con un monumento a los Mártires de la Libertad (los Coloraos de 1812). Y no podemos olvidar la Alcazaba, desde la que se divisa toda la ciudad, y en la que como anécdota te podemos contar que ondeó por primera vez una bandera verde, blanca y verde, que sirvió de base para crear en 1918 la bandera de Andalucía.
- Es difícil encontrar a alguien que no sepa nada del Parque Natural Cabo de Gata. Bueno, pues te proponemos visitarlo en otoño, porque entre otras cosas, podrás recorrerlo en tu vehículo, ya que verano se restringe el acceso rodado. No te pierdas las playas principales, como la de Los Muertos, Monsul, o Los Genoveses, pero también la infinidad de calas recónditas, con espectaculares erosiones rocosas que han aparecido en decenas de películas. Y dar un paseo en barco por allí, viendo San José o Rodalquilar desde el mar, es algo difícil de olvidar.
- Otra zona que no te dejará indiferente es el Paraje Natural de Punta Entinas, que está entre los municipios de El Ejido y Roquetas de Mar. Aquí puedes disfrutar de dos opciones, la de la playa que es la principal en verano, pero también recorrer el interior en una ruta de senderismo en la que puedes llegar hasta el faro, ubicado entre charcas y lagunas donde hay flamencos, murciélagos, arañas tigre, camaleones… y eso por no hablar de la vegetación excepcional, con sus peculiares árboles doblados por los vientos. También, a poco que te fijes, observarás los fósiles en las rocas, con millones de años y que ahora están al descubierto tras retirarse las aguas.
- Los Millares, que quiere ser Patrimonio de la Humanidad, es un asentamiento prehistórico de la Edad del Cobre, formado por el poblado y su necrópolis con una extensión de 6 y 13 hectáreas respectivamente. Eso quiere decir ni más ni menos que es la primera ciudad que se creó en toda la península, y que fue hace cinco milenios, y fue descubierta por pura casualidad al construir una línea férrea.
- El interior de Almería es diverso, pero si hubiese que decantarse por una zona, nuestro consejo sería un recorrido por la zona alpujarreña, la parte más morisca, y que puede comenzar en la vieja Abdera, hoy ciudad de Adra, desde donde salió al exilio el rey Boabdil tras perder su reino granadino, y de ahí subir a Laujar del Andarax, donde vivió tras abandonar la Alhambra. Precisamente aquí es posible ver la fachada del que se supone que fue su palacio durante aquel tiempo.
¿Qué no hemos mencionado el desierto de Tabernas, el único de todo el continente europeo? Claro, es que Almería es mucho más que todo esto, y puedes descubrirlo muy fácil.