El Coletavirus camino del banquillo
jueves 08 de octubre de 2020, 18:36h
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Delito informático, revelación de secretos y denuncia falsa. Cualquiera con cierto grado de distancia y análisis crítico ya sabíamos que Pablo Iglesias era un sinvergüenza, un mentiroso compulsivo, un timador que ha engañado a una serie de analfabetos prometiéndoles conquistas obsoletas y antediluvianas del comunismo y reparto de riqueza mientras él iba llenando su bolsa hasta instalarse en un palacete y conseguir una riqueza monetaria e inmobiliaria propia de un noble de la antigua usanza.
Pero todo eso, que pertenece ya al dominio público, es una cosa y otra es que haya un juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, por cierto nada sospechoso de partidista, puesto que antes ha actuado en casos de presunta corrupción del PP como Lezo o Kitchen, haya estimado que existen evidencias acerca de que el vicepresidente del Gobierno haya podido cometer hasta tres delitos, por lo cual ha pedido al Tribunal Supremo que lo cite a declarar como investigado, es decir, imputado.
La noticia hizo estallar ayer los planes del Gobierno, que había preparado uno de sus típicos teatrillos para que Pedro I El Falso presentase su Plan de Recuperación Económica, esa pantomima que se olvida de las empresas y se confía a las transiciones digital y ecológica, como si ellas hubieran creado un puñetero puesto de trabajo alguna vez, y promete también crear 800.000 puestos de trabajo, oh curiosidad, los mismos que prometió Felipe González en 1981, justo antes del mayor batacazo de paro en la historia de la España pre-Zapatero.
La noticia de la imputación del Coletavirus hacía saltar por los aires la tranquilidad en La Moncloa, que con una rapidez inusitada sacaba una nota de prensa para advertir que esperan que el Supremo no impute a Iglesias. Esperan que no lo imputen… y uno se pregunta si ese “esperar” es una predicción, un deseo o una orden a los jueces.
Ya se sabe lo de Pedro I El Falso: “¿De quién depende la Fiscalia? … Pues eso”. Habrá que ver ahora si también escucharemos al demagogo presidente del Gobierno parafrasearse a sí mismo y preguntar: “¿De quién depende el Tribunal Supremo? … Pues eso”.
Eso sí, de momento Sánchez le ha mostrado su apoyo a su indispensable apoyo para seguir manchando el nombre de España desde La Moncloa. Y uno no puede evitar recordar las razones que llevaron a ese mismo infecto personaje a presentar, hace dos años, una moción de censura contra Mariano Rajoy, al tiempo que me pregunto: ¿No les da vergüenza a los socialistas almerienses seguir apoyando a un líder capaz de plantear aquella moción como algo indispensable y, en cambio, apoyar ahora a un vicepresidente del que los jueces ya hablan de indicios de delito y ordenan al Supremo imputarlo?
Periodista, director de EsRadio Almeria y Radio Marca Almería
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