¿Quiénes son los tránsfugas en la Región de Murcia? ¿los parlamentarios de Ciudadanos que han permanecido fieles al pacto firmado con el Partido Popular, o aquellos que han suscrito la moción de censura para romperlo?
Es más ¿aquí, quienes son los comprados o los vendidos, quienes se mantienen fieles al pacto, o quienes lo traiciona?
Pues vayamos por partes.
El tránsfuga es un político que se desmarca del grupo en el que está integrado, que con ello hace caer un gobierno, y además, logra algún tipo de aprovechamiento personal.
En el caso de Murcia, el grupo de Ciudadanos lo forman seis personas, y tres apoyan la moción de censura y tres no, por tanto, cabría preguntarse quién se desmarca de quién. Parece obvio que si ese mismo grupo es quien firmó el pacto con el Partido Popular, se desmarcan aquellos que deciden romperlo, no quienes se mantienen en él.
No solo eso, son aquellos que respaldan la moción de censura quienes objetivamente van a propiciar un cambio de gobierno, no quienes se quedan en el pacto firmado.
Y claro, luego está lo del aprovechamiento personal… ay, el aprovechamiento…
Resulta que para quienes defienden la moción de censura, que la presidencia del Gobierno pase de un grupo que tiene 16 parlamentarios como es el PP, a uno que tiene seis que es Ciudadanos con el apoyo de los 17 que tiene el PSOE, es algo absolutamente transparente, y que de modo simultáneo, la alcaldía de la ciudad de Murcia pase del PP al PSOE, aunque éste tenga un concejal menos que los populares, pues también es pura transparencia.
Dicho de otro modo, para el PSOE, no se vende quien va a ostentar la presidencia, pero sí quien va a seguir en la vicepresidencia.
Y para Ciudadanos, que un grupo minoritario tenga la presidencia de la Región es normalidad democrática.
En toda esta polémica, más allá de si hay motivos o no para la moción de censura, lo evidente es que los únicos tránsfugas son los parlamentarios de Ciudadanos que la apoyarán porque son ellos quienes se desmarcan de la decisión del grupo, que fue pactar con el PP, son ellos quienes quieren darle la vuelta al gobierno acordado, y son ellos los que van a obtener a cambio la presidencia del gobierno regional… que eso sí parece un premio o pago suculento; y además van a romper otro pacto más en el ayuntamiento de la capital, y no para que gobierne la lista más votada, sino la segunda, la misma que les apoyará para que con solo seis parlamentarios se hagan con el Gobierno de la Región, por encima del PP que tiene 16 y del PSOE que tiene 17.
De hecho, lo incomprensible es siendo el acta de los cargos públicos de su propiedad, no del partido que los llevó en sus listas, se hable de tránsfugas y se establezcan los llamados grupos de no adscritos, reduciéndoles sus medios de trabajo. Si el acta es del parlamentario, o del concejal ¿en base a qué principio constitucional se le da carta de naturaleza legal a que estos no puedan, por ejemplo, votar lo que les venga en gana, y si contravienen la decisión del grupo, ser sancionados? Otra cosa bien distinta, es ser expulsados del grupo, que sí, que en un grupo están aquellos que el grupo decide que deben estar, pero lo que no tiene sentido es que los expulsados o quienes se van, no tengan derecho a disponer de los mismos medios que el resto para el desempeño de sus tareas de representación. ¿No es el acta de ellos? ¿no siguen siendo ellos individualmente quienes representan a los votantes, y no el partido ni el grupo? Pues entonces.
Se ha pervertido el sistema de partidos mutándolo en partitocracia, y por eso se permiten no considerar tránsfugas a quienes obedecen la consigna del partido marcada desde Madrid, y sí a quienes se mantienen en el pacto acordado por el propio grupo parlamentario que, como en este caso, se divide por la mitad y con las matemáticas en la mano, no pude decirse quién se desmarca de quién.