Hace solo unas semanas, la Ejecutiva provincial del PSOE de Almería emitía una nota rechazando lo que reclamaba en otra la Ejecutiva Municipal del PSOE de la capital; éstos reclamaban primarias en el partido para que, cuanto antes, se dispusiera de “un candidato” ante un posible adelanto electoral, y los otros contestaban que eso no se entendería, porque ahora los andaluces están en salir de la crisis, de la pandemia… y todo ello aderezado con las críticas al gobierno “trifachito”.
Sería bueno que alguien nos explicara por qué para Susana Díaz el 21 de abril las primarias eran algo que no tocaba, y dos semanas después insta a que se celebren con urgencia.
No quiero aburrir a quienes me leen con los argumentos simplistas que lo justifican, y es que de nuevo queda en evidencia que nosotros, la gente, somos solo la excusa que vale para todo, cuando en realidad lo que importa es mantener o conquistar el poder. Así, Susana Díaz quiere aprovechar al clara debilidad de Pedro Sánchez tras el resultado de Madrid para darle esa puñalada que le debe, mientras él lo que espera es resarcirse de la derrota madrileña logrando un triunfo… aunque sea contra los suyos, abriendo otra vez en canal el partido, como ya hizo antes.
Fue el PSOE Federal el que instigó la moción de censura de Murcia, y fíjense lo que ha venido después. Aquella jugada maestra acabó dejando al PP en el Gobierno murciano, pero ahora sin la necesidad de compartirlo con ningún otro partido, además fracasaron en la moción de Castilla-León, y en Madrid, Isabel Díaz Ayuso se adelantó convocando elecciones y no solo las ha ganado abrumadoramente, sino que ellos se han quedado como tercera fuerza política, a lo que se suma que sus aliados podemitas están en pleno naufragio, y su posible aliado Ciudadanos se está hundiendo.
En Andalucía, el PSOE de Sánchez quiere poner a su candidato, Juan Espadas a competir contra el presidente Juanma Moreno, que se va a hartar de recordarle que es el candidato de quien pacta con los filoetarras y los independentistas, el candidato del que sube los impuestos a todos, a “ricos, ricas y riques” como irónicamente comentaba el diputado del PP Miguel Ángel Castellón… Espadas sería el candidato de quien quiere que paguemos por circular por autovías con argumentos tan peregrinos que servirían para justificar mañana que paguemos por ir a colegios públicos, o nos atiendan en la Seguridad Social… si vamos al pago por uso… vamos al pago por uso…
Echando memoria, es verdad que no siempre al PSOE Federal le han salido mal las jugadas en Andalucía, y lo digo porque el protagonismo del presidente Rafael Escuredo hizo que lo liquidaran, sustituyéndolo por Rodríguez de la Borbolla, que cuando empezó a creerse autónomo, le dieron la patada y trajeron a Manuel Chaves, quien no se cortó en reconocer que prefería seguir siendo ministro de Trabajo a presidente de Andalucía… y duró hasta que una juez llamó a su puerta.
¿Quiere decir esto que Díaz sería mejor candidata que Espadas? No. Con ella no hay que remontarse a la prehistoria autonómica para valorarla porque todo es mucho más reciente, quizá demasiado para que no se le vuelva en contra.
Lo que digo es que teledirigir desde La Moncloa tiene consecuencias como las del aleteo de una mariposa que puede acabar provocando un tsunami, que es lo que empezó en Murcia.