No ha tardado en darnos la razón, Juan Espadas, a los que aventurábamos que la hipocresía, la demagogia y la cara de cemento que ha caracterizado al ‘susanismo’ y, en general, al socialismo andaluz en estos últimos 40 años, iban a quedarse pequeños cuando Pedro I El Falso aposentara sus reales sobre el partido en la comunidad, por la vía de designar a un brazo ejecutor, un propio, un ‘mandao’ que ejecutara su miserable política.
No sólo que no ha tardado en darnos la razón, sino que, en su primera comparecencia oficial en Almería, el amigo Espadas ha hecho gala de una retranca demagógica digna de su señorito. Para empezar, el hombre ha venido a la provincia más alejada de su centro de poder y a la que menos atención le prestó cuando gobernaba, a contarnos la milonga de que Sánchez Teruel es su amigo de cuando eran chicos en el colegio, que ambos jugaban a las canicas en el patio y vamos, que son como hermanos. Una versión de los hechos que estoy deseando corroborar cuando a Espadas le toque tomar decisiones sobre qué hacer con el partido en Almería; porque también iba a ser súper-amigo de Susana y, a la primera, le adornado el trasero con un punterazo digno de Cristiano Ronaldo para ubicarla a algunos cientos de kilómetros, en el madrileño senado.
Luego, acaso para hermanar conciencias al menos mientras sea preciso, el nuevo dueño del cortijo no tuvo tampoco empacho en recuperar una de las milongas más repetidas por sus antecesores: el del cierre del Hospital de Cruz Roja. Yo en esto estoy seguro de que Espadas sabe la verdad. Sería gravísimo, intolerable, que todo un líder del socialismo andaluz desconociera que lo que ha ocurrido, en realidad, es que los propietarios del edificio donde estaba este centro hospitalario han cedido dejar de cederlo gratuitamente a la sanidad andaluza y que, además, el inmueble presenta un deterioro considerable, lo cual hubiera obligado a una fuerte inversión y gasto corriente para mantenerlo, cuando la apertura del Materno Infantil, que los socialistas dejaron manga por hombro y los populares han inaugurado y puesto en marcha, ofrece espacio más que suficiente para recoger esos servicios en un inmueble propio que no requiere gasto. Pero da igual: como es como es, como es socialista y además discípulo de Pedro I El Falso, pues la cabra tira al monte; ya se sabe.
Pero lo peor fueron, sin duda, sus palabras a preguntas de Es Radio Almería. Porque a Juan Espadas le preguntamos sobre las dos últimas salidas de pata de banco de sus compañeros: por la denuncia del señor Carnero sobre centros de salud cerrados por las tardes, costumbre ésta que inauguró el PSOE hace una década y que este verano, como se pasado, se ha reducido, por la vía de la contratación de 25.000 profesionales para la época estival, un 18% más que en el último año de gobierno socialista; y por la petición de Sánchez Haro de recuperar el Castillo de Vélez Blanco, cuyo patio de honor lleva más de un siglo en el Museo Metropolitano de Nueva York y por cuya recuperación no hizo absolutamente nada el PSOE durante 40 años.
A la pregunta de si el señor Espadas también comparte esta costumbre tan del socialismo andaluz de exigir en dos años lo que ellos no hicieron en 40, la respuesta es que todo lo bueno es gracias al dinero que el gobierno central envía a Andalucía; un dinero, por cierto, que no es ni más ni menos que el que los andaluces pagamos en impuestos. Habrá que empezar a pensar en hacer un monumento a Espadas y otro a Pedro I El Falso por enviar a estas tierras parte del dinero que nosotros pagamos por adelantado.
¿Veis como no nos iba a defraudar el tipo? Y esto no ha hecho sino comenzar…