Las elecciones autonómicas en Andalucía dependen de dos formaciones políticas cuyos intereses partidistas son puestos por encima de aquellos a quienes dicen representar, y en un caso se entiende, pero en el otro no.
Me refiero, no hace falta darle muchas vueltas, a Vox y al PSOE, que son aquellos que tienen en sus manos que los presupuestos de la Junta de Andalucía salgan adelante, o no, y en caso de no hacerlo, que se precipite la convocatoria electoral.
En el caso del PSOE, Juan Espadas necesita tiempo para darse a conocer y recomponer el partido que sigue liado en sus congresos provinciales y municipales, ahondando en la división, y eso solo será posible si se aprueban los presupuestos, por lo que si Vox no se aviene a apoyar al Partido Popular y a Ciudadanos, lo deja en sus manos.
Pero claro, si Espadas diera su visto bueno a las cuentas de Juanma Moreno Bonilla, tendría muy difícil presentarse como alternativa, porque es probable que los suyos ni tan siquiera acepten como viable una abstención que les otorgara viabilidad.
Por otro lado, en Vox están convencidos de que los vientos le son favorables, y por eso quieren bloquear la aprobación de los presupuestos, confiando en que provocará un adelanto electoral que les beneficiaría. Es curiosa esta presunción, teniendo en cuenta que su grupo parlamentario ha rozado el esperpento, quedándose sin portavoz por presuntas corruptelas, cambiando dos o tres veces de liderazgo, perdiendo parlamentarios, hasta llegar sin un liderazgo ni un mensaje claro a un año de las elecciones. Tan faltos de mensaje están, que reconocen que a un año de las elecciones, el acuerdo con ellos se ha cumplido en un 55%, lo que a este ritmo supondría llegar al 75% a final de legislatura, algo que no parece que pueda ser reprochable.
El propio Juan Marín (Cs) se lo reprochaba al parlamenterio almeriense Rodrigo Alonso (Vox), cuando en el pasado pleno le decía que "ya somos mayorcitos", y le argumentaba que si no querían apoyar los presupuestos para obligar a un adelanto electoral, no hacía falta que se inventara incumplimientos inexistentes.
No solo eso, si las elecciones se plantean como un plebiscinto a Pedro Sánchez, como desgraciadamente parece que sucederá -digo desgracidadamente porque lo que tendríamos que valorar es la gestión del Gobierno andaluz, y la alternativa posible a éste- la cosa quedará entre PP y PSOE, y teniendo en cuenta qeu en Andalucía las poíticas socialistas con los presos de ETA y del independentismo catalán, son ampliamente rechazadas, si además como en el caso de Almería, los PGE son un engaño... pues a Espadas no le espera lo mejor tampoco por ahí.
Ya hemos dicho que Vox no tiene a estas alturas ni candidato, esperando todos a quién unge "San Santiago"... será Nuestra Señora de la Macarena Olona, o don Rodrigo Alonso el "matamoros"...
Juanma Moreno no es esconde. Lo ha dicho por activa y por pasiva en el Parlamento. Solo Vox será responsable ante los andaluces si un adelanto electoral hace retornar el poder al PSOE aliado con la extrema izquierda, y a la vez, solo el PSOE será responsable si no acepta un acuerdo que, de alguna manera, permita aprobar los presupuestos, acabar en tiempo y forma la legislatura, y que en ese plazo los socialistas mejoren su expectativas electorales.
El presidente Juanma Moreno no ha puesto todos los huevos en la misma cesta, y de esta manera coloca en evidencia tanto a la izquierda como la extrema derecha. Pero también, siguiendo el símil de los huevos, cabría figurarse al presidente andaluz en el sillón del dentista, y con Espadas a un lado, y no-se-sabe-quién al otro, y sugiriéndoles que dicha situación… mejor no hacerse daño.