Que Juanma Moreno mantuvo en el más estricto secreto quienes iban a formar parte de su gobierno lo evidencia que hasta el propio presidente del PP de Almería, Javier A. García, respondía en una entrevista realizada por Europa Press, que no creía en las cuotas territoriales, y que para él, quien resultaba ser el mejor consejero “de Almería” era el propio presidente por las políticas que estaba realizando. De haber sabido algo, habría respondido con su convencimiento de que la provincia tendría el "peso merecido" tras los resultados electorales, o como poco, hablar de “un peso importante”… pero ni eso, porque desconocía hasta el último minuto si habría o no esa representación y en qué medida.
Pero comparto con el presidente del PP de Almería el rechazo a las cuotas territoriales en el Gobierno andaluz (también en el del Estado), como la famosa y polémica provincialización de los Presupuestos. Deben ser elegidos los mejores para implementar las mejores políticas, y en cuanto son elegidos, deben aparcar su provincianismo para dedicarse a toda nuestra Comunidad, porque eso mismo esperamos -y exigimos- los almerienses del resto de consejeros, sin preferencias localistas (que también existen en el caso de las comunidades uniprovinciales).
Ciertamente, en Almería necesitamos que todos los consejeros sean “de Almería”, porque nuestras carencias son muchas en todas las materias, pero tampoco caigamos en el ombliguismo, porque a poco que uno sale de aquí y habla con andaluces de otros territorios te hacen una lista inmensa de olvidos e incumplimientos tras las casi cuatro décadas de gobiernos socialistas. Por eso, cuando los andaluces han percibido que el cambio era posible, que era factible, y que un gobierno del Partido Popular no iba a tambalear ni los pilares básicos de nuestro sistema de bienestar, la educación, la sanidad, los derechos sociales, y que tampoco nos abocaríamos a una involución en nuestra autonomía, las urnas le han dado una mayoría absoluta.
Dicho esto, no voy a negar que me satisface ver que en la mesa del Consejo de Gobierno de Andalucía se sientan dos almerienses, y que por lo tanto, sin pedirles una atención especial para nuestra tierra, sí que nos consta el conocimiento directo de sus problemas y sus potencialidades.
De Carmen Crespo poco hay que decir. Su solvencia viene avalada por una extensa biografía política, en la que precisamente eso, sus grandes capacidades de trabajo y diálogo le han permitido sobrevivir a batallas internas, que siempre son las más cruentas. Sabe lo que cuesta gobernar un ayuntamiento, conoce la gestión de la Diputación, también la administración del Estado como delegada del Gobierno central, y había sido parlamentaria antes que consejera, es decir, un bagaje imposible si no acredita preparación.
Lo de Ramón Fernández Pacheco es distinto. Iba séptimo en la lista municipal que llevó de nuevo a Luis Rogelio Rodríguez a la Alcaldía de la capital, y le tocó la gestión de Cultura. La dimisión del alcalde tras las presiones de Ciudadanos para que no compatibilizara el cargo con el de senador, le convirtió en alcalde por sorpresa. Pero para sorpresa, el magnífico resultado logrado en las elecciones municipales en las que ya sí fue cartel, mejorando el de su antecesor.
A partir de ahí, casi todo le ha venido rodado, lo que se sustanció cuando no hace mucho fue nombrado portavoz autonómico del PP-A por Moreno Bonilla. Eso era un mensaje claro.
Pero lo que no tiene ningún sentido es la crítica de la socialista Adriana Valverde, afirmando que el alcalde “huye” de Almería. No, si Fernández Pacheco hubiese querido huir, habría ido en la lista autonómica en un puesto de salida, o incluso un poco más abajo y propiciar luego que cayeran quienes les antecedían, justificando luego que no podía compatibilizar ambos cargos, lo que también sería más adecuado para mantenerse como portavoz que siendo alcalde.
Estoy convencido de que el propio Fernández Pacheco desconocía su futuro inmediato hasta la llamada de su presidente, y que era cierta su afirmación de que su compromiso con la ciudad de Almería era hasta final de mandato como mínimo. Las cosas llegan cuando llegan.
Pero es cierto que al ya exalcalde le han quedado cosas pendientes en la ciudad… entre otras la poda de los árboles de mi calle… creo una vez en todo su mandato, y que hay proyectos sobre el papel de periódico -es un decir- que aún no han visto la luz, y que si el Almería está en Primera, no todo el municipio lo está. En sus años como alcalde, la impresión que me ha dado es que ha ido a corregir todo esto, ha ido a la micropolítica, al arreglo de calles, de plazas, de parques, de aparcamientos… aunque eso no ha impedido hacer otras actuaciones importantes que no detallaré para evitar el peloteo, que para eso están otros que hasta salen en las fotos.
Los cambios en el Ayuntamiento van a ser importantes, y también en la Diputación, porque para empezar, habrá que elegir nuevo alcalde… o alcaldesa, porque María Vázquez podría convertirse en la primera alcaldesa de la capital, y lo sería con un gobierno del Partido Popular, si bien, igual que en su momento fue inesperada la designación de Fernández Pacheco, ahora nos pueden sorprender de nuevo.
Esa marcha a Sevilla hace correr la lista, pero por si fuera poco, Manolo Guzmán, que es concejal y diputado provincial, dejará también ambas instituciones para quedarse en el Parlamento Andaluz, por lo que la lista municipal correrá otro puesto más, y se moverá también la composición de la institución provincial.
Pero la cosa no queda ahí, porque la parlamentaria Maribel Sánchez era delegada del Gobierno andaluz, y si Juanma Moreno decide que vuelva a serlo, la que se correrá será la lista autonómica, y lo mismo si alguno más de la lista resultase nombrado delegado.
En todo esto hay una figura esencial, y se trata de Javier A. García, quien como secretario general dirigió las campañas más exitosas hasta entonces del PP, y como presidente, esos éxitos han crecido exponencialmente, sin olvidar que ahí ha tenido como responsable de las autonómicas al alcalde de El Ejido, Paco Góngora.
García ha hecho crecer al PP almeriense, porque el resultado electoral ha sido sin lugar a dudas un elemento de peso en la decisión de Moreno para formar gobierno.