Se suele decir que los recibos de la luz son complicados de entender, pero no es del todo así. Los recibos suelen estar bastante claros, y lo que no es fácil de entender es por qué pagamos tanto cuando creemos haber consumido poco.
Vamos a explicar una sencilla operación para rebajar de modo considerable lo que pagamos por la energía que usamos en nuestro domicilio, y para ello basta con echar cuentas de los aparatos eléctricos que tenemos.
Volvamos al recibo porque tenemos que revisarlo antes de seguir adelante. En él debemos buscar la potencia de luz que tenemos contratada, y veremos que es una cantidad fija que pagamos siempre, consumamos más o menos, porque el resto sí que dependen de nuestro gasto, ya que lo compone el precio que tenga la energía en ese momento, y los impuestos, que son porcentuales sobre el total.
Ahora sí, debemos anotar la potencia contratada, y analizar qué electrodomésticos tenemos en nuestro hogar, sabiendo que por ejemplo una vitrocerámica tiene 1.500 watios de potencia, o una lavadora 1.300, o que una televisión puede tener entre 125 y 350.
A partir de ahí mira si la potencia contratada que tienes es la justa o está por encima de tus necesidades, porque tienes que aplicar el concepto del ahorro, y te vamos a explica cómo. Si reduces la potencia contratada, lo único que va a pasar es que habrá ciertos aparatos que no los puedas encender de modo simultáneo, y por tanto, basta con que no lo hagas así.
Piensa que no encender a un tiempo la vitrocerámica y la lavadora te pude ahorrar bastante a lo largo de los doce meses del año. Insistimos, basta con que no estén a la vez funcionando, porque la potencia es la cantidad de energía que se puede suministrar a tu hogar de modo simultáneo, por lo que a más potencia, más aparatos puedes poner a un tiempo y viceversa.
Debes tener en cuenta que hay cosas como las televisiones y ordenadores, que consumen poco, pero consumen, y que el frigorífico está encendido 24 horas al día.
Por otro lado, reflexiona sobre la posibilidad de contratar una tarifa nocturna, o si tienes alguna otra en la que se discrimine por tramos horarios, ya que eso será otra gran ayuda para reducir la potencia contratada puesto que si el lavavajillas lo pones a las doce de la noche, y la lavadora a las seis de la mañana, los dos aparatos que más gastan lo harán a horas baratas, sin necesitar potencia extra, y además la vitrocerámica la podrás usar todo el día sin problemas.
Hay una prueba infalible para saber si tienes contratada más potencia de la necesaria: Si no saltan los fusibles nunca… es probable que estés por encima. Seguramente te preguntas el por qué, pues sencillamente porque nunca te pasas de lo contratado, y es probable que de repente de des cuenta de que has encendido la vitro, la tostadora, la televisión, además un ordenador, el horno, la secadora, y varias luces de la casa, y no ha pasado nada.