El subdelegado del Gobierno, José María Martín, ha visitado el municipio de Almócita y ha mantenido un encuentro con su alcalde, Francisco García, con quien ha conversado sobre los retos de futuro en la Almería del interior, afectada por fenómenos como la despoblación, el envejecimiento de sus habitantes o el cambio climático. “Son los grandes desafíos para las próximas décadas y entre todos debemos de contribuir a resolverlos”, señala Martín.
En Almería, como ocurre en la mayor parte de las provincias, la población y la actividad agrícola, industrial y turística se concentra en un número reducido de áreas urbanas, mientras que la mitad de las zonas rurales y de los pequeños municipios está en riesgo de desaparecer en las próximas décadas.
“Este desequilibrio es, además de injusto, por la desigualdad que genera entre territorios y entre personas, insostenible desde un punto de vista medioambiental, económico y social”, afirma el subdelegado, que destaca la puesta en marcha de las ‘130 Medidas frente al Reto Demográfico’, documento incluido como política palanca del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado por el Gobierno de España, para dar respuestas a las dificultades de las zonas en declive demográfico.
Para Martín, “los territorios rurales deben ser considerados como territorios oportunidad. Aún estamos a tiempo de recuperarlos si apostamos por sus posibilidades y se actúa políticamente con eficacia”, destaca.
En este sentido, el subdelegado del Gobierno ha alabado el trabajo que se está haciendo en el municipio de Almócita, que se ha convertido, gracias al impulso dado por su alcalde, Francisco García, en un referente a nivel nacional en la agroecología como motor de desarrollo y bienestar de sus habitantes.
“Hay muchas iniciativas y buenas ideas para que nuestros pueblos permanezcan vivos porque la despoblación conlleva muchos problemas para los territorios: sanitarios, ecológicos, de exclusión financiera o de conectividad”, apunta Martín Fernández.
En la actualidad, la pérdida de población es una realidad en la mitad de los municipios andaluces y se agrava en los pueblos con población inferior a 5.000 habitantes, afectando a dos de cada tres de estos municipios. Para el subdelegado del Gobierno, una de las premisas es “cambiar la perspectiva del mundo rural como un espacio de ocio a un lugar de permanencia donde vivir y trabajar”.