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Cazorla, digno de estudio

Por Antonio Felipe Rubio
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afelipeafelipecom/7/7/15
miércoles 16 de noviembre de 2022, 18:51h

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Acabamos de conocer la penúltima versión de Miguel Cazorla. Y no se puede decir que los diferentes episodios del pretencioso eximio de la política almeriense sean un compendio de prudencia y habilidad política. Todo lo contrario. Cazorla ha logrado llevar a la exasperación a sus más fieles seguidores y al repudio de sus supuestos amigos, a los que brindó el espejismo de su fidelidad.

Cazorla se incorporó al grupo de concejales que comandó Juan Megino. El espectacular e inesperado resultado de cinco concejales fue determinante para que el PP tuviese que formar un gobierno de coalición, en el que Miguel Cazorla tuvo un papel destacado y desquiciante para los compañeros de corporación. Tal fue la experiencia que Megino terminó por aborrecer a Cazorla calificándolo de “oportunista y con grandes limitaciones”. A la conclusión de esta experiencia conjunta, el alcalde, Luis Rogelio, admitió su agotamiento intelectual al tener que bregar a diario con las continuadas astracanadas de Cazorla.

Posteriormente, llegó la experiencia de Ciudadanos, con Cazorla a la cabeza. Consiguieron tres concejales, igualmente determinantes para la gobernabilidad municipal, extremo que Luis Rogelio no pudo superar al imaginar otro largo calvario… y con Miguel de portavoz y líder de la formación naranja en Almería. Y es que si antes la figura de Cazorla quedaba desplazada por el liderazgo de Megino, ahora Luisrro tendría que soportar a Cazorla en todo su esplendor; cuestión que le llevó a desistir de la alcaldía en aras de una oportuna preservación de su integridad física y mental.

La época de Ciudadanos se saldó con el abandono de Mabel Hernández: literalmente hasta el moño de Cazorla. Por su parte, Rafael Burgos encontró un inteligente acomodo en Diputación, evitando los continuados y extenuantes periplos de postureo egocéntrico por barrios, asociaciones, parques, jardines, mercerías… y galas, presentaciones, bautizos, comuniones, bodas y sepelios. Algunos alaban la capacidad de trabajo de estos semovientes hiperactivos dispersos; pero también es cierto que un desquiciante con iniciativa es un arma de destrucción masiva.

La más sonada de Cazorla es, sin duda, la “cazorlada”. Tras una reunión con el empresario agrícola, que también intentó el barquinazo municipal en un restaurante de Antequera, Cazorla anunció su apoyo a Juan Carlos Pérez Navas. Inmediatamente, la dirección nacional desautorizó una alcaldía del PSOE con los votos de Ciudadanos. Posiblemente, de haber sido Pérez Navas alcaldable este año, Cazorla encontraría cierto acomodo en las filas socialistas por aquello de devolver un favor impagable. Habrá que ver cómo termina esta historia, pues en el PSOE aún no se ha visto el final de su miserable recorrido.

Y después de todo esto, además de anunciar que será candidato “con o sin Ciudadanos” y que “se observarán otros puentes”… Cazorla se pregunta: ¿Pero por qué no me han nombrado cabeza de lista? “¡No hay motivos objetivos; es una humillación!”. Y, además, asegura que su compañero le ha traicionado al no rechazar el ofrecimiento. ¿Pero hay mayor ejercicio de osadía, petulancia y egolatría?

Antonio Felipe Rubio

Periodista
Dirige La Tertulia en Interalmería TV