El fin de la coalición entre PSOE y Unidas Podemos ya se vislumbra. El desastre de la ley "solo sí es sí" tras el choque con la ley "trans", y ahora con la ley de "bienestar animal" ha marcado un punto de inflexión en la relación entre ambos partidos.
A pesar de que la tensión entre ambos ha existido durante mucho tiempo, ésta ha alcanzado un nuevo nivel luego de que cada partido haya votado separadamente sobre proyectos de ley aprobados por el Gobierno. Las relaciones entre Pilar Llop y Irene Montero durante las negociaciones para reformar el ‘Sí es sí’ han sido particularmente tormentosas, con insultos y reproches de ambos lados. La acusación directa de Llop a Montero en la Cadena Ser ha sido clave, incluso podría decirse que ha sido la intención de la primera de morir matando, puesto que ella, sin haber participado en la redacción de la ley, y siendo la que ha maniobrado para modificarla evitando sus dañinas consecuencias, será quien pague el pato saliendo del Gobierno de Pedro Sánchez.
A pesar de esta situación, el presidente Pedro Sánchez ha descartado el cese de ninguna de las dos partes para intentar solucionar el problema. Esta situación pone de manifiesto que la coalición entre PSOE y Unidas Podemos ha llegado a su fin, dejando un panorama incierto sobre cómo se gestionará el país en los próximos meses.
El fin de la coalición entre PSOE y Unidas Podemos ha creado un vacío político que podría no ser fácil de llenar si Sánchez se aferra a sostener una legislatura acabada y agonizante. Los problemas a los que se enfrenta España son cada vez más complejos y exigen soluciones que requieren una colaboración más estrecha entre los partidos.
El fin de la coalición deja al país en una situación de incertidumbre de la que solo podría salir con elecciones generales que solo puede convocar Sánchez, y el futuro depende ahora de la capacidad de los partidos para trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas de España.
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