La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se ha visto enfrentada a una realidad inquietante: sus arsenales se están quedando vacíos. Esta situación se debe al aumento de la demanda de municiones debido a la guerra en Ucrania.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha advertido sobre la situación y ha instado a los Estados miembro a invertir en la capacidad productiva de armamento. Según Stoltenberg, el tiempo de espera para municiones de gran calibre ha aumentado de 12 a 28 meses, lo que significa que los pedidos realizados hoy sólo se entregarán dentro de dos años y medio.
Esta situación preocupante se agrava al saber que Rusia y Serbia están preparando un golpe de Estado en Moldavia. Esta situación pone en evidencia los deseos de Moscú de expandir su influencia y el temor de que se queden sin el armamento necesario para enfrentar esta amenaza. La OTAN se enfrenta a una situación crítica en la que debe tomar medidas rápidas para garantizar su seguridad.