La participación ciudadana en la gestión municipal es, como las primarias, una buena idea teórica, pero que en la práctica se demuestra ineficaz e incluso perversa.
¿Son buenas las primarias? Sí, porque es bueno que la militancia esté implicada en el funcionamiento real del partido y sea decisiva en los grandes asuntos, como la elección de candidatos, por ejemplo. Pero a la hora de la verdad, es suficiente mirar lo que sucede en el PSOE de Almería para tomar conciencia de que se debe huir de ellas, so pena de seguir en la oposición otras dos décadas... por lo menos.
¿Es buena la participación ciudadana?
Preguntado así, la respuesta debe ser afirmativa. Claro que es bueno que la ciudadanía se implique, entre otros motivos porque los partidos políticos se presentan a las elecciones con un programa electoral, pero luego las cosas cambian. Una cosa es lo prometido, y otra es la prioridad en su ejecución, por ejemplo, porque es frecuente que en el programa electoral se incluyera arreglar tu calle, o poner un parque en tu barrio, pero eso no llega porque los esfuerzos acaban yendo a otras calles y a otros barrios... y tú... a seguir esperando.
Lo que nunca cambiará la participación ciudadana en es el gasto político y administrativo de un ayuntamiento, que consume más de la mitad de los fondos disponibles. Tampoco cambiarán los aspectos relacionados con los impuestos, por lo que todo se reduce a unas escasas inversiones de tipo menor, ya que las grandes están financiadas en concurso o directamente por otras administraciones.
Por otro lado, la propia participación ciudadana es un concepto que a los políticos, debería hacer reflexionar porque ellos están ahí cobrando y con todo su tiempo disponible para que no tengamos que ocuparnos nosotros también de qué hacer en la ciudad. Nosotros los elegimos y lo hacemos con nuestras razones, así que ellos deben encargarse de mejorar nuestras vidas, que de eso se trata.
Pero es que además, las entidades llamadas a esa "participación ciudadana" están sistemáticamente infiltradas por los partidos políticos, son como apéndices de éstos, y como prueba, la extraordinaria facilidad con la que los "líderes" del asociacionismo acaban siendo concejales o asesores, o al menos aparecen en las listas.
Y en ese mismo sentido, es cuestionable la representatividad real que otorgan esas entidades, que realmente solo se representan a sí mismas y a sus asociados. Eso no es una crítica ni mucho menos, porque es estupendo que haya gente dispuesta a trabajar en estos colectivos para mejorar los barrios o hacer actividades de todo tipo, pero hay que tener en cuenta que solo se representan a ellos mismos. Aunque si consiguen algo bueno, es verdad que todos nos beneficiamos, por eso no deseo que se interprete como despectivo.
Otro hecho es que esas personas tan activas no son muchas, pero las asociaciones sí. La misma persona que está en una vecinal, está en una cofradía, en otra de carnaval, una más de tipo profesional, otra por una afición, alguna ONG y si le queda algo de tiempo, tal vez en un partido político o en un sindicato. Podemos encontrar 80 colectivos representados por una docena de personas.
De este modo, si sumamos todo lo anterior, podemos deducir que cuando se promueve un Consejo de Participación Ciudadana es más de cara a la galería que otra cosa.
Hemos visto cómo la candidata socialista a la Alcaldía de Almería, Adriana Valverde, reclamaba la puesta en marcha de ese Consejo, y calificaba de “cosmética” la participación ciudadana instada desde el equipo de Gobierno del Partido Popular. Sin embargo, cuando dos días después fue convocada a la sesión constitutiva de ese órgano, ni ella ni nadie de su grupo acudieron, al igual que la edil no adscrita Carmen Mateos (ex de Podemos).
Es bastante incoherente esa actitud de boicot, pues precisamente asistiendo habría tenido la oportunidad de expresar allí sus quejas, aunque es obvio que está metida en campaña electoral y debió valorar como más efectivo el pataleo que el diálogo.
Y esa es otra, si los concejales y los partidos políticos ya tienen como vía de participación los plenos y las comisiones, ya tienen sus despachos abiertos para aquellos vecinos que quieran contarles sus demandas, visitan a las asociaciones y colectivos en cualquier momento, ¿por qué tienen que estar en los órganos de participación de la ciudadanía?
Les invito a que vuelvan a ver las imágenes de la reunión del Consejo General de Participación Ciudadana, y borren a los políticos, a ver cuántas personas de la sociedad civil quedan.
El resultado solo tiene dos opciones. Una es que el PSOE tiene tantísimo poder sobre las entidades que logró extender su boicot a la inmensa mayoría (de ser así, el órgano estaría viciado por la influencia política), y la otra es que los almerienses no tienen interés en este tema.