Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España más viajero de la historia, ha sorprendio al anunciar su próximo viaje a Pekín para reunirse con el presidente de China, Xi Jinping, y discutir sobre el plan de paz para Ucrania que China ha presentado a Vladimir Putin. Esta insólita jugada ha generado recelos y desconfianza entre Estados Unidos, la Unión Europea y Ucrania.
El plan de paz presentado por China tiene como objetivo poner fin al conflicto en Ucrania, que ha estado en curso desde el 2014, cuando Rusia anexó la península de Crimea y comenzó a apoyar a separatistas en el este del país, y de entonces, a 2022 cuando se produce la invasión y la guerra de la que ya se ha cumplido un año. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han sido críticos del papel de Rusia en el conflicto y han impuesto sanciones económicas en su contra. Por otro lado, la iniciativa de China ha sido vista con escepticismo y cierta suspicacia debido al interés de China en mantener a Rusia a su órbita de influencia.
El encuentro entre Sánchez y Jinping no sólo trata del plan de paz para Ucrania, sino que también se centrará en una relación comercial cada vez más fuerte entre España y China. En este sentido, España y China celebran 50 años de relación diplomática y han establecido récords de intercambios comerciales.
Los negocios son una parte importante de la relación entre España y China, pero la visita del presidente Sánchez también parece ser una jugada inteligente en un momento en que la relación entre China y la Unión Europea está bajo tensión. La reunión podría ser una oportunidad para discutir asuntos importantes como la inversión en infraestructuras, la tecnología y la lucha contra el cambio climático.
En resumen, el viaje del presidente Sánchez a Pekín para tratar el plan de paz presentado por China para Ucrania ha sido una sorprendente jugada diplomática que ha generado recelos por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y Ucrania. Sin embargo, también puede ser una oportunidad para fortalecer la relación comercial y discutir asuntos importantes de interés mutuo en un momento en que la relación entre China y la Unión Europea está bajo tensión.