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O Coloraos, o Absolutismo
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(Foto: malasombra)

O Coloraos, o Absolutismo

Por Rafael M. Martos
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jueves 24 de agosto de 2023, 08:00h

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Cada año, cuando se acerca el 24 de agosto, se revive en Almería una polémica que parece no tener fin: ¿debe o no hacerse el homenaje a Los Coloraos, aquellos liberales que llegaron a la ciudad hace casi dos siglos para defender la Constitución de 1812 y que fueron fusilados por los partidarios del absolutismo? La respuesta debería ser obvia: sí, por supuesto que debe hacerse. Los Coloraos fueron unos valientes que se enfrentaron al despotismo de Fernando VII, el rey felón que traicionó las esperanzas de un pueblo que quería ser libre y soberano. Los Coloraos fueron unos mártires de la libertad, que merecen el reconocimiento y el respeto de todos los almerienses en particular, de los andaluces en general, y de todos los españoles.

Sin embargo, no todos piensan así. Hay quienes, desde distintas posiciones ideológicas, cuestionan o desprecian la gesta de Los Coloraos, ya sea por ignorancia, por sectarismo o por intereses espurios. Algunos asimilan el color rojo de las casacas de los expedicionarios con el rojo izquierdista, olvidando que Los Coloraos defendían una Constitución católica y monárquica, que nada tenía que ver con el republicanismo o el socialismo. Otros, desde algunos sectores de la derecha, tratan cada año de deslegitimar y vilipendiar a Los Coloraos, dando así por válido el argumento de la izquierda y negando su condición de liberales constitucionalistas. Estos últimos suelen recurrir a la falacia de equiparar a Los Coloraos con vulgares piratas o contrabandistas, como hizo en su día la Gaceta de Madrid, o con agentes al servicio del imperialismo británico.

Ambas visiones son erróneas y anacrónicas. Los Coloraos no eran ni unos revolucionarios ni unos traidores. Eran unos patriotas que luchaban por una causa justa: la restauración de la legalidad constitucional que había sido abolida por la fuerza de las armas extranjeras y por un rey felón. Los Coloraos no pretendían imponer un modelo político ajeno a la realidad española, sino recuperar el espíritu de las Cortes de Cádiz, que habían sido elegidas por el pueblo y que habían redactado la primera Constitución española, donde quienes creen en la existencia de la "nación española" deberían poner la fecha de su nacimiento, una "nación" que ya se afirmó que no era propiedad de ninguna familia. Los Coloraos no actuaban por interés propio o por influencia extranjera (¿de dónde eran los Cien Mil Hijos de San Luis? ¿cuentan como españoles?), sino por convicción y por solidaridad con sus compatriotas oprimidos.

Qué más dará si los coloraos llegaron a Almería de rebote. Y qué de malo tiene que el periodista "empotrado" en la expedición fuese un perseguido por los realistas, porque eso demuestra el talante liberal -más bien constitucionalista- de los ejecutados.

Pero para ajustarse a la realidad, cabe preguntarse en cual de los dos bandos nos colocaríamos nosotros, en el de Los Coloraos, o en el de Fernando VII, un redomado indeseable, traidor a su estirpe, traidor al pueblo que le "deseaba", a la Constitución que le reconoció. ¿Por qué tanto afán en denostar a los coloraos?

Le hacen el juego a la izquierda quienes le dan tantas vueltas a este tema cuestionando el Pingurucho y el propio homenaje a quienes defendían una Constitución monárquica y católica.

Es comprensible que en algo tan reciente como la segunda república, la Guerra Civil o el Franquismo, o aún más la Transición, podamos encontrar posiciones enfrentadas, pero lo absurdo es que eso se produzca con hechos históricos de hace dos siglos. Los Coloraos forman parte de nuestra historia común, de nuestra memoria colectiva, de nuestro patrimonio cultural. Su monumento, conocido también como el Pingurucho, ubicado en la Plaza de la Constitución (constitucionalistas con un monumento en la Plaza de la Constitución... inaudito, piensan algunos), es un símbolo de Almería y un testimonio de su pasado. No debemos dejar que nadie nos arrebate ese legado ni que lo tergiverse con fines partidistas. Los Coloraos son nuestros y merecen nuestro homenaje.

Rafael M. Martos

Editor de Noticias de Almería

Periodista. Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y la novela "Todo por la patria"