Tras el fracaso electoral de Ciudadanos, el exdiputado Edmundo Bal no se da por vencido y busca una nueva aventura política en Europa. Bal ha establecido contactos con 13 movimientos políticos para concurrir juntos a las elecciones europeas con el apoyo de la plataforma Nexo, formada por exmiembros de Ciudadanos que quieren reivindicar el espacio político de centro que ha quedado huérfano.
La plataforma Nexo no es un partido político, sino una asociación que pretende expresar el malestar con la estrategia de la dirección de Ciudadanos, que ha provocado que el partido pierda más de dos millones de votos y 47 escaños en las últimas elecciones generales. La plataforma se inspira en los principios fundacionales de Ciudadanos, basados en el liberalismo progresista y reformista, y se presenta como “una alternativa política para España y Europa”.
La plataforma tiene 375 personas inscritas y espera que esta cifra crezca. Aún no ha tomado una decisión definitiva, pues no sabe si podrá conseguir los avales necesarios para presentarse a las elecciones europeas. Además, su transformación en partido político dependería del voto de sus socios, que tendrían voz y voto en las decisiones importantes.
Edmundo Bal ha iniciado una ronda de contacto con varios movimientos para valorar una candidatura conjunta. Entre ellos se encuentran Asociación Democrática Ciudadana (evolución del partido presidido por Macarena Olona, Caminando Juntos), la plataforma liderada por Antonio Espinosa de los Monteros Ahora tú, Sociedad Iberista, El Jacobino (con quienes discrepan en su visión sobre el centralismo), o la formación municipalista Contigo, entre otros. La estrategia de la plataforma consiste en sumar a otros grupos y plataformas con buenas ideas pero sin rostros mediáticos.
Edmundo Bal se muestra así como un líder capaz de unir a diferentes sensibilidades políticas en torno a un proyecto común para Europa. Bal quiere ser la voz del centro en el Parlamento Europeo, defendiendo los valores democráticos, el Estado de derecho, la unidad de España y la integración europea. Bal quiere ser imparable. ¿Lo logrará?