La ministra de Derechos Sociales de España en funciones del Gobierno de España está acusando con nepotismo institucional al Estado de Israel de cometer un genocidio planificado en Palestina, justificando así los ataques del grupo terrorista Hamás del pasado 7 de octubre con más de 1.200 víctimas y 200 secuestrados.
Ione Belarra, una de las dos ministras de Podemos que todavía quedan en el transitorio Gobierno de España de Pedro Sánchez, está poniendo en jaque la posición de España con respecto al terrorismo de Hamás y nos quiere situar en la órbita de países como China, Rusia, Venezuela o Corea del Norte.
Las palabras y la actitud de la ministra están alentado a los violentos que, en España, y en el resto del mundo, solo buscan una excusa para atacar todo lo que representa Occidente, su cultura humanística.
Sánchez no puede permitir este desafío a la posición común en la Unión Europea, este insulto a las víctimas israelíes y amenaza a nuestra seguridad. Debería de ser cesada inmediatamente, por faltar corporativamente a quienes dirigen la política exterior de España.
La embajada de Israel esta semana alzó la voz por estas declaraciones inasumibles por parte de la ministra podemita, pero Belarra sigue con acritud dialéctica elevando la voz y retando con falta de lealtad institucional a Sánchez con su retórica comunista, y por ende, cuestionando con beligerancia la posición internacional de España.
Ningún Gobierno, ni siquiera el sanchista, se puede permitir mantener una ministra que acusa a un estado democrático de querer matar a todos los palestinos y justificar así a un grupo terrorista y sus atentados.
Solo hay una opción viable para Sánchez y es cesar de manera inmediata a quien acusa a Israel de semejante barbaridad. No estamos jugando nuestra posición internacional, bueno, creo que ya nos la hemos jugado, y veríamos a ver sí ante un conflicto con Marruecos, como cuando ocurrió con la ocupación militar del islote de Perejil, quién o quiénes nos iban a apoyar como en aquel momento, que de no haberse actuado gubernamentalmente el 18 de julio de 2002 y a través de nuestras Fuerzas Armadas, en la forma realizada, las consecuencias que se hubieran derivado para España hubieran sido imprevisibles.
Ahora mismo España ostenta la presidencia de la Unión Europea. Una Unión Europa que ha acordado una postura en común de defensa de Israel a defender de acuerdo con las leyes internacionales.
¿Cómo puede el Gobierno de la Patria defender ese derecho y condenar los ataques terroristas del pasado 7 de octubre mientras mantiene en su cargo a una ministra o varias que dicen todo lo contrario?
¿Cómo España puede presidir Europa mientras en su Gobierno se acusa a Israel que estar cometiendo un “genocidio planificado”?
En fin, nuestra posición internacional en el mundo cada día que pasa con este desgobierno se debilita más.