El PSOE tiene una habilidad especial para hacer desaparecer los elefantes en la sala. Esos temas incómodos que nadie quiere abordar, pero que son cruciales para el futuro del país. El PSOE los esconde tras preguntas enrevesadas, nombres ingeniosos o silencios cómplices.
El último ejemplo lo hemos visto con el referéndum que Pedro Sánchez ha planteado a la militancia del PSOE. La pregunta es tan genérica y ambigua que parece imposible decir que no: "¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?" ¿Qué socialista se opondría a formar un gobierno con el programa acordado entre ambos, que está dentro de los parámetros ideológicos de la izquierda? ¿Qué socialista se opondría a seguir buscando apoyos para evitar un gobierno de la derecha?
Pero lo que no dice la pregunta es lo que todo el mundo sabe: que el paso siguiente solo puede ser otorgar la amnistía a los implicados del procés y abrir la puerta a un referéndum de autodeterminación en Cataluña (Euskadi es la siguiente). Dos medidas que dividen profundamente a la sociedad española y al propio PSOE.
¿Por qué no pregunta Sánchez directamente a sus bases si están de acuerdo con la amnistía y el referéndum? ¿Y por qué tiene que ser la militancia del PSOE la que decida sobre cuestiones tan relevantes como éstas? ¿No sería más democrático y transparente someter estas propuestas a una consulta popular?
Pero esto no es nuevo. El PSOE lleva décadas haciendo magia con los elefantes. Cuando Felipe González convocó el referéndum sobre la OTAN, la pregunta fue: "¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?". El elefante de la OTAN desapareció en medio de una "alianza" en el Atlántico, en la que no se trataba de "entrar" ni de "salir" sino de "permanecer", y además en los términos "acordados por el Gobierno", que seguro que sabía mejor que nosotros lo que nos convenía. Una forma de manipular la opinión pública y de incumplir su promesa electoral de OTAN no.
O cuando en Andalucía crearon el Plan de Segunda Oportunidad Educativa, una iniciativa para reducir el fracaso escolar que casualmente tenía las mismas siglas que el partido: PSOE. Un ejemplo de propaganda política y de apropiación indebida de un concepto tan noble como la educación.
El PSOE debería dejar de hacer trucos con los elefantes y empezar a hablar claro a los ciudadanos. Solo así podrá recuperar la credibilidad y la confianza que ha perdido por su falta de coherencia y de valentía. Los elefantes no se pueden ocultar eternamente. Tarde o temprano, saldrán a la luz y aplastarán al mago.