Pobretes míos. Con cara de apretaos, de andar con necesidad de ir al excusado andaban la otra mañana en el salón de plenos del ayuntamiento los ediles del Pp. (Les ocurre algo parecido a los del Psoe cuando hablan de la amnistía de su dios-líder). En los ojos la mala noche pasada, el café no les había quitado los retortijones en el estómago, era como una bola la que tenían en los intestinos, y con ganas de potar. Andaban con prisas a la espera de que acabara el extraordinario, para intentar evacuar todo lo que estaban escuchando por parte de la oposición, ante la subida del IBI que le estaban endosando a los callados ciudadanos, pero me da que el personal anda más preocupado en estos días por la ruptura de la convivencia que están logrando los chicos de Sánchez con sus amores por los delincuentes catalanes y los primos hermanos de los asesinos etarras.
El problema es que cuando estos dirigentes, u otros con poder evacuan, la heces de estos políticos caen sobre los paganos de los votantes. Y en unos minutos, quizás una hora, hemos salido del pleno municipal donde manda y dirige el Pp, como cuando se duerme con infantes, y ya saben ustedes como es el despertar: Excrementado se alborea.
Han subido tanto los servicios, los insumos que consume el ayuntamiento, que el equipo de gobierno que dirige don Carmen Vázquez Agüero no ha tenido más remedio que subir el IBI a los ciudadanos que tienen propiedades en la capital.
Voz de pena, de arrepentimiento en doña Ana Martínez Labella, pero no se bajó del caballo. Hay que subir el IBI, en caso contrario tendríamos que rebajar los servicios públicos que ofrecemos a los almerienses. ¿Más todavía? Señora alcaldesa. Qué la limpieza deja mucho que desear, que la seguridad no es que sea efectiva, que el centro se muere y ustedes… subiendo el IBI y poniendo música a la Hoya.
Todo esto dicho con cara de pena por parte de los políticos suena a cachondeo, y de los gordos. De ahí las caras de los ediles. Y es que algunos dicen, pero no son capaces de ponerlo en marcha, que lo que hay que bajar son los gastos superfluos, las subvenciones a tanta organización a las que les pagamos sedes, móvil y algaradas, sindicatos, liberados y otros asesores, de los muchos que disfrutan. Pero a estos no, y menos a los ediles, todos a cobrar de los paganos, todos a vivir del momio del erario público. Y cuando el dinero público escasea, son muchas fiestas a viejos, mujeres, viajes, subvenciones y otras lisonjas pensando solo en el voto, se les sube el IBI, o esta o aquella tasa a los votantes. Eso sí, les ponemos carita de pena, les contamos la primera milonga que se nos ocurra, nos ven serios y cariacontecidos y los ciudadanos ¡qué buenos son! caen ante nosotros como moscas.
¿Dónde caen las moscas? ¿Qué es lo que más les gusta a las moscas? Según parece se están ustedes convirtiendo en ese manjar predilecto.
Qué pena, con la buena sintonía que llegaba la señora Vázquez Agüero a la alcaldía. Me recuerda la época de Rajoy y Montoro, no quita nada de lo que hizo mal o dejó proyectado el equipo anterior (no podemos olvidar que ella formaba parte del mismo), y nos sube lo que hay que pagar al ayuntamiento, como ocurrió con el ministro Montoro. Todos igual, Dios mío. Solo piensan en meternos la mano en los bolsillos.
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