En medio de la tensión preelectoral gallega, el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, ha mostrado otro caso de paradoja política a cuenta de la desjudicialización política. Sumar, un partido que abandera la causa de separar la política de los tribunales, se encuentra ahora contemplando la posibilidad de llevar a la Junta de Galicia a los tribunales por su aparente inacción frente a la llegada de bolitas de plástico a las playas gallegas.
El discurso de Urtasun, defensor acérrimo de la desjudicialización, ha tomado un giro inesperado al anunciar que están estudiando llevar el caso ante los tribunales, específicamente al contencioso administrativo. Este giro sorprendente por la incoherencia de un partido que aboga por la retirada de la política de los juzgados, pero que está considerando recurrir a ellos para resolver un problema medioambiental.
El ministro de Cultura argumenta que la inacción de la Xunta de Galicia ante la problemática de las bolitas de plástico merece ser reclamada ante el contencioso administrativo. Sin embargo, esto plantea interrogantes sobre la línea entre la desjudicialización y la judicialización selectiva de problemas políticos. Urtasun defiende que la diferencia radica en la esencia de la cuestión, sugiriendo que la política útil es aquella que no se enreda en la politiquería, el ruido y la irresponsabilidad.
El ministro, mientras aboga por el diálogo y la negociación en el caso de un gobierno autonómico catalán e independentista, critica la inacción de la Xunta de Galicia, presidida por Alfonso Rueda, que es del PP, y por tanto hay que llevarle a los tribunales. A quienes declaran la independencia no, con eso se puede dialogar, indultar y amnistiar.
La paradoja persiste, planteando preguntas cruciales sobre la verdadera naturaleza de la desjudicialización y sus límites en el complicado escenario político actual.