La Sala de Apelación de la Audiencia Nacional ha modificado la sentencia que condenaba a dos yihadistas por pertenencia a organización terrorista y les ha impuesto una pena menor por el delito de colaboración. Los dos condenados formaban parte de una célula junto a un exrapero, Abdelmajed Abdel Bary, que murió en prisión tras el juicio. Los tres llegaron en una patera a Almería en abril de 2020 con la intención de establecerse en España y contactar con otros miembros de Daesh.
Los magistrados han estimado parcialmente el recurso de los dos condenados y les han rebajado la pena en un año. Así, Abderrezak Seddiki ha sido condenado a seis años de prisión por colaboración y falsedad en documento oficial, y Kossaila Chollouah a cinco años por colaboración.
Los dos condenados se encontraron en Argelia con Abdel Bary, un miembro destacado de Daesh, y le ayudaron a entrar en Europa en una patera que les llevó hasta Almería. Allí se alojaron en diferentes lugares con fuertes medidas de seguridad.
La Sala de Apelación reconoce que la prueba contra los dos acusados fue escasa debido a la rápida actuación policial que impidió sus planes. Sin embargo, considera que su aporte a la organización terrorista fue suficiente para condenarles por colaboración, ya que facilitaron la entrada y la estancia de Abdel Bary.
Hay que recordar que Abdel Bary, a quien ayudaron a entrar en España, “durante siete años continuadamente ha seguido, expandido y ejecutado los postulados ideológicos supremacistas, intolerantes, excluyentes, radicales y antioccidentales” de la organización terrorista Estado Islámico.
Y señala que lo hizo “mediante el ejercicio de la violencia en que él mismo ha participado activamente -véase su imagen portando la cabeza de un decapitado en la plaza de Raqa–, su capacitación militar en las últimas técnicas de guerra y su contrastada militancia activa, reclutando incluso ciudadanas de origen español para incorporarlas a las filas de tal estructura terrorista”.
Por eso, considera que los dos condenados ayudaron a integrar --con suficiente financiación rápida-- en territorio Schengen “a alguien apto para realizar cualquiera de los delitos terroristas --desde captar y reclutar nuevos adeptos, hasta cometer un atentado–, que exterioriza el riesgo abstracto castigado y coadyuva a uno de los fines expansionistas del terror que pretende entre sus objetivos el Daesh mediante la infiltración en Occidente de los llamados retornados”.