Cuentan en los mentideros políticos del Psoe que los mensajes se agolpan en el teléfono del manchego García Page. Las adhesiones le están llegando. Se ha convertido en el futuro banderín de enganche de su partido, y las miradas de la militancia están pendientes de él. Ha jugado sus cartas, y no lo ha hecho mal. Se ha mantenido enfrentado a Pedro Sánchez, lo ha criticado, pero nunca al partido, ha sido fiel a unas siglas y ha protestado con cierta vehemencia contra una política llevada a cabo por Pedro Sánchez en la que solo se beneficiaba el propio Sánchez. Hoy cuenta con el aval político, siempre importante dentro del socialismo español de Felipe González. La comida en Toledo ha levantado una importante polvareda dentro del Psoe.
Ha llegado el tiempo de la peregrinación a Toledo de los militantes socialistas, de los que quieren seguir en el futuro en un cargo y de los que aspiran el día de mañana a un sueldo de la política. Es el momento de Page. No lo va a decir él, no es el momento aún, va a esperar a que los tiempos le vengan de cara, y todo apunta a que le vienen.
Sánchez se defenderá como gato, buscará una nueva vida de las siete que se les otorgan al felino, logrará seguir siendo presiente con los secesionistas catalanes a través de la amnistía regalada por el sanchismo y los votos que tiene sojuzgados a través de los sueldos, pero lo sabe él, y el resto del partido que su figura está amortizada en el socialismo español del futuro. Va a intentar por todos los medios que la historia de las mascarillas, de Ábalos, Armengol, Illa y demás compañeros del sanchismo no logre alterar sus planes de seguir en el poder, controlar la Moncloa, a la espera de nuevas noticias y apariciones de nombres que le vayan cercando. El de Begoña, su esposa, anda en candelero y no parece que los medios y los partidos de la oposición vayan a dejar una caza política tan importante.
Dará a los partidos vascos y catalanes lo necesario para que le apoyen con sus votos en el congreso y en los próximos presupuestos. Lo que no sabemos es lo que nos va a costar al resto de los españoles, pero lo sabremos. Logre todos lo que necesite para mantenerse en la Moncloa sabe que en su partido hoy tendría muy complicado ganar fácilmente un congreso, que su prestigio, dentro y fuera de España ha saltado por los aires y que cada día que pasa son más los que se suman, todavía en silencio, con mensajes que llegan cada día, a ese nuevo Psoe que está mirando a Page como única persona que puede abrir las ventanas del partido, darle credibilidad, sentido de estado y confianza ante el ciudadano.
El sanchismo está en la rampa de salida, eso se oye en los mentideros del socialismo patrio, todavía no en el que se codea con racistas y delincuentes vascos o secesionistas catalanes por aquello de seguir cobrando el sueldo a final de mes. No aquellos que intentan defender la amnistía, con argumentos hilvanados, como la concordia de los pueblos de España. En el 78 se dijo que la constitución, hecha como quiso Pujol y cía, era el camino de la nueva sociedad democrática. ¿Cuánto tardaron los catalanes, con Pujol al frente, y con los vainas de los presidentes del Psoe y del Pp, en decirnos que España nos roba? No sirvió para nada una constitución hecha a medidas de catalanes y vascos. Pero aquí estamos, volviendo a poner las leyes de España a sus pies. No puede uno por menos que sentir vergüenza.