El trabajo ha sido realizado por un equipo de investigación de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), la Universidad de Jaén y la Universidad de Cádiz
Un equipo de investigación de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), la Universidad de Jaén y la Universidad de Cádiz ha determinado que las aves migratorias de invierno dispersan casi el 90% de las semillas de plantas de fruto carnoso en el entorno del olivar.
Según una nota de la Fundación Descubre, este estudio es la primera vez que un trabajo de investigación centrado en el paisaje de olivar clasifica las especies dispersoras en migratorias y residentes. Hasta ahora no se conocía el papel de cada uno de los gremios de aves frugívoras en este entorno, ni cómo afecta la pérdida de hábitat natural tanto a la abundancia de aves como a la frecuencia con la que dispersan semillas.
Los investigadores identificaron tres tipologías de aves: residentes, que habitan todo el año en el olivar; migratorias invernales, procedentes del norte de Europa y que pasan los meses de invierno en este paisaje; y migratorias subsaharianas, que pasan por las fincas de olivos al final de verano, cuando marchan a África.
El estudio, publicado en 'Agriculture, Ecosystems & Environment', revela que la mayoría de las semillas que dispersan las aves proceden de los remanentes de hábitat natural próximos a los cultivos de olivar. El 90% de las semillas las distribuyen las aves migratorias que pasan el invierno en el olivar.
Los expertos destacan que el conocimiento que aportan en su estudio puede ayudar a desarrollar planes de restauración y conservación de los parches de monte. El objetivo es proteger estos hábitats naturales, que son fundamentales para el mantenimiento y la permanencia de las comunidades vegetales.