El senador socialista Antonio Martínez y el concejal Raúl Enriquez han declarado que en Almería existen 14.000 viviendas vacías, pero contra todo pronóstico, este dato no ha logrado resolver el problema de accesibilidad al alquiler que afecta a la provincia.
Ahora bien, ¿son realmente 14.000 las viviendas desocupadas? Almería, con su encanto costero y atractivo turístico, es un imán para los propietarios de segundas residencias. Por lo tanto, es posible que muchas de estas “viviendas vacías” estén, de hecho, ocupadas por alemanes tomando el sol en sus balcones o madrileños disfrutando de sus vacaciones de verano... y por tanto, no están "vacías", sino ocupadas por sus propietarios ocasionalmente.
Pero lo curioso es que, si consideramos que hay personas dispuestas a pagar un alquiler, ¿por qué alguien preferiría mantener su vivienda vacía en lugar de obtener un ingreso extra? ¡A quién no le gustar ser rentista! Aquí es donde entra en juego la inseguridad jurídica. La constante fluctuación de la legislación sobre alquileres, patrocinada por el PSOE y sus socios, ha creado un clima de incertidumbre que puede disuadir a los propietarios de alquilar sus propiedades.
Por lo tanto, aunque a primera vista parezca que hay una abundancia de viviendas disponibles, la realidad es mucho más compleja. Tal vez, en lugar de centrarse en el número de viviendas vacías, deberíamos preguntarnos por qué estas viviendas permanecen vacías y qué se puede hacer para cambiar esta situación.
Ya lo fácil es el chavético grito de "¡exprópiese!", pero en una democracia normal (lo de avanzada cada vez lo veo menos aplicable al caso español) si quieres lograr determinado comportamiento de la ciudadanía, se incentiva. No es tan complicado; en el momento en que el propietario se sienta seguro para echar de su propiedad a quien no le paga según el contrato en vigor, más viviendas saldrán al mercado.
Basta recordar que hace solo 30 años, se decía que el problema en España era la compra de vivienda, porque permitía desgravación fiscal, y el precio de las hipotecas era relativamente bajo en comparación con los alquileres... el gobierno entonces decidió castigar a los propietarios -en vez de incentivar el alquiler, porque al final el objetivo es recaudar- y cada vez se puso más difícil comprar una casa, pero... al desproteger a quienes podían poner sus propiedades en alquiler, se ha llegado al colapso: ni comprar ni alquilar.