El tramo de la A-7 que une los municipios de Roquetas de Mar y Almería, los dos más importantes de la provincia almeriense, es el que soporta la mayor densidad de tráfico de mercancías y turismos de toda la provincia de Almería. Este tramo es el enlace de la capital con todos los municipios situados al poniente y una de las vías principales que comunica Almería con el resto de Andalucía.
Este tramo es conocido por sus habituales retenciones de tráfico y presenta el mayor índice de siniestralidad y accidentabilidad. La única alternativa para evitar la circulación por este tramo es la antigua N-340, conocida como la carretera de El Cañarete, una carretera convencional que discurre paralela a la costa y que ha sufrido importantes cortes en los últimos años derivados de los graves desprendimientos de rocas.
La situación se agrava cada día que pasa, ya que es en el Poniente almeriense donde se concentra un mayor número de empresas agrícolas, motor del desarrollo económico provincial. Son muchos los camiones, furgonetas y vehículos mixtos a los que a diario hay que dar salida para transportar nuestras frutas y hortalizas. También son miles los almerienses que diariamente se ven obligados a completar este recorrido para sus desplazamientos cotidianos.
En 2017, el gobierno del Partido Popular, sensible a la realidad, licitó la redacción del proyecto de un tercer carril en dicho tramo de la A-7 e incluyó esta infraestructura en los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, siete años después de ese hito, tan sólo se ha logrado aprobar, en el segundo semestre de 2023, el proyecto de trazado de los casi 10 kilómetros que discurren entre los enlaces 429 y 438 de la Autovía A-7. De seguir esa proyección temporal, la ejecución material de la obra real se vislumbra muy, muy lejana en el tiempo.
El pesimismo se hace mayor para los almerienses si se tiene en cuenta que aún queda por redactar el proyecto constructivo y aprobar la licitación del mismo. Esta última fase se hace imposible al no existir partida presupuestaria, y el hecho de que el presidente del Gobierno haya renunciado a presentar presupuesto para este ejercicio complica y alarga aún más las cosas.
Es importante recordar que los vecinos de Castell del Rey tan sólo pueden llegar a sus viviendas por la ya mencionada carretera de El Cañarete y que esta carretera ha estado cerrada al tráfico de manera intermitente en los últimos años por desprendimientos de rocas.
El tercer carril de la A-7 que una Almería y Roquetas de Mar, en ambos sentidos, necesita del compromiso del Gobierno para su ejecución. Necesita garantías de que se quiere y se va a realizar. Urge su realización por motivos socioeconómicos que son más que evidentes. La situación actual exige una solución inmediata para garantizar la movilidad y seguridad de los ciudadanos y el desarrollo económico de la región.