El alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, no se sorprendió cuando la portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Beatriz Sánchez, expresó claramente en la sesión plenaria del pasado lunes que su papel no era ofrecer soluciones, ya que, como él mismo admitió, “les conozco bien”. Por eso, al término del debate, Góngora le dijo que estaba bien que lo reconociera, "déjenos a nosotros que hagamos propuestas, que gobernamos, y dedíquese usted a lo que sabe hacer, que es criticar, y a veces sin mucho sentido".
El debate se centró en la concesión de una licencia para designar la playa de las Cuevecillas como zona de acceso para perros. María Padial, concejal responsable de Turismo, defendió con argumentos sólidos la elección de esta ubicación. Sin embargo, la edil de Vox se limitó a replicar: “No esperará que, siendo la concejal de Turismo en funciones, le ofrezcamos la solución desde aquí. Ustedes, que están al mando, deben proponerla”.
Estas declaraciones de la concejal de la oposición se produjeron después de que Padial explicara que “esta fue una iniciativa aprobada por unanimidad” y solicitara a toda la Corporación que estuvieran preparados para explicar la razón de esta ubicación si se les preguntaba.
LA EXPLICACIÓN
Padial detalló que “contamos con 27 kilómetros de costa en nuestro litoral. De éstos, 7,7 kilómetros corresponden a playas urbanas como Levante, Poniente, San Miguel, Guardias Viejas y Balerma. Es comprensible que en una playa urbana, con gran afluencia de bañistas, veraneantes y residentes, no sea adecuado situarla allí, ya que nos obligaría a prohibir el baño o, al menos, desaconsejarlo. Además, tenemos 11 kilómetros de playas en el paraje natural de Punta Entina, incluyendo la playa del paraje y Los Cerrillos. Ubicar una playa canina en estas zonas protegidas también resulta ilógico, ya que la autoridad ambiental competente no lo permitiría. La playa de la Recta de Balerma, una playa natural de tres kilómetros y medio, fue otra opción descartada debido a su alta afluencia de bañistas y su inclusión en el censo de aguas de baño, lo que complicaría su conversión en playa canina. Por lo tanto, la elección final recayó en la playa de Las Cuevecillas. La sección adyacente al varadero fue descartada por problemas de accesibilidad y erosión. Así, nos quedó la pequeña playa frente a la desaladora, que no forma parte de ningún paraje natural, no es urbana y no está catalogada en el censo de aguas, lo que la convirtió en la candidata ideal para solicitar la autorización a la autoridad ambiental”.
Padial agregó que la autorización se concedió el 22 de abril y que “la playa canina contará con todos los servicios necesarios. Habrá contenedores de 240 litros y señalización adecuada. No se instalarán duchas debido a la falta de suministro de agua en la zona”.
SIN ALTERNATIVA
A pesar de la claridad en la elección de esta ubicación y del estímulo de la concejal de Turismo a su homóloga de Vox para que propusiera una alternativa, considerando que las licencias son anuales y podrían revisarse para el próximo año, la representante de Vox declinó, insistiendo en que su rol no incluye proporcionar soluciones.
Para concluir, Padial recordó a Sánchez que la designación de la playa como zona canina es solo para la temporada de baño, del 20 de junio al 1 de septiembre. De hecho, la concejal de Vox criticó el estado de la playa y que no tenía los servicios anunciados, pero es que como había indicado la responsable de Turismo, aún falta más de un mes para que funcione como tal.