No hablo de quién es Andalucía, de nuestros valores y posibilidades. No quiero que la grandeza de nuestra tierra ciegue la situación actual, pero ahora sí veremos cómo ven Andalucía nuestros gestores, una visión analítica socioeconómica referente al peso mayor del que depende nuestra economía y situación, según ellos. Realmente Andalucía es una mina que hoy no sabemos explotar, según los resultados que ahora veremos. Datos que corresponden al informe gubernamental, publicados con el sello del Gobierno de España, la Junta de Andalucía y Unión Europea, en su programa de desarrollo rural 2014-2020. Informe muy amplio que se recogió en 300 páginas, informe publicado por la Junta de Andalucía. Informe del que solo mostraré el DAFO realizado al final del mismo, DAFO que podremos comparar con el nuestro, con el de cada lector. En este caso, el oficial, presentado en el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020. Evidentemente con todos los conocimientos estadísticos, de resultados, datos, situación y similares que poseen sobre nuestra tierra. Así como, con el conocimiento general de la situación a día de hoy, conocida por ser conscientes sobre su resultado una vez superada esas fechas.
Recordando que la superficie territorial de Andalucía es de 87.597,7 km2, (17,3 % del conjunto del Estado español, que alcanza los 505.997 km2) distribuida en 8 provincias; igualmente el estudio nos dice que se trata de la decimocuarta región de la UE en superficie, siendo la superficie de Andalucía mayor que la de 14 países de los 28 que formaban la UE, (hoy 27 desde que en junio de 2016 los ciudadanos británicos decidieron la salida de la UE), entre ellos Austria, Irlanda, Dinamarca, Países Bajos o Bélgica. Así es, mayor que el de la mitad de los países que forma la UE.
DAFO que desarrolló el estudio de los gestores estatales, después de exponer la situación, analizar y cuantificar la zona geográfica cubierta por el programa, presenta la situación y la analiza por títulos que entre otros son los siguientes:
Clasificación de la Región, Estructura Socioeconómica de Andalucía, Desarrollo Económico y Empleo, Sector agroalimentario y forestal, Medio Ambiente y Territorio, Distribución de la ocupación del suelo por usos y zonas, Patrimonio natural, biodiversidad y estado de conservación de los ecosistemas agrarios y forestales, Agua, disponibilidad, consumo y calidad, Tasa de Autoempleo, Intensidad de I+D en Andalucía por sectores de ejecución, Evolución de la superficie productiva de cultivos en Andalucía, Dimensión económica de las explotaciones y un largo etcétera. Una cantidad muy completa que forma ese análisis total sobre Andalucía, veámoslo:
DAFO del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020. (Colocado por orden de prioridades, tal y como figura en el mismo).
DEBILIDADES de Andalucía que el Estado presentó al resto de Europa
Desconexión y bajo nivel de coordinación entre la investigación, las Administraciones y el complejo agroalimentario, forestal y ambiental en la detección de necesidades de investigación, priorización de líneas de trabajo, generación y mantenimiento de información, y transferencia de resultados.
Menor implicación del sector privado en el sistema de innovación andaluz.
Escasa percepción por parte de los productores del complejo agroalimentario de la necesidad de emprender actuaciones innovadoras.
Escasa capacidad financiera para emprender actuaciones innovadoras debido a la reducida dimensión económica de muchas explotaciones y agroindustrias.
Envejecimiento de los jefes de explotación, que, entre otros aspectos, dificulta la innovación continua en prácticas y procesos.
Bajo nivel formativo general de la población respecto a la media nacional y, sobre todo, comunitaria.
Bajo nivel de formación en el sector productor agroalimentario.
Insuficiente adaptación de la oferta formativa a las necesidades especificadas de los profesionales del sector agrario, agroalimentario y silvícola.
Escasa presencia de mujeres como jefas de explotación, así como menor formación de las que sí que son responsables de las explotaciones agrarias.
Baja presencia de explotaciones gestionadas por entidades de economía social o bajo otras fórmulas asociativas o de cooperación. Atomización del tejido agrario y agroindustrial.
Reducida productividad en determinados sectores donde la productividad es baja, que es el caso de la ganadería extensiva ligada a territorios con mayores dificultades (áreas de montaña, zonas semiáridas, etc.).
Presencia de explotaciones agrarias con dimensión física reducida que, entre otros aspectos, dificulta la utilización de maquinaria más eficiente en el uso de los recursos.
Falta de relevo generacional en numerosas explotaciones.
Escasa diversificación de actividades económicas dentro de las explotaciones.
Deficiencias en la red de caminos rurales.
Insuficiente iniciativa empresarial en el medio rural.
Reparto desequilibrado del valor añadido generado a lo largo de los eslabones de la cadena de valor agroalimentaria.
Dispersión de la oferta de productos agroalimentarios ecológicos y persistencia de dificultades para incorporarse a la cadena de distribución y comercialización.
Fuerte atomización del sector agroalimentario y reducida dimensión de las empresas que dificulta el crecimiento del subsector.
Pérdida de valor añadido a lo largo de algunas cadenas de valor agroalimentarias.
Escasa gestión compartida del riesgo.
Reducida implantación de cultivos fijadores de nitrógeno.
Existencia de un importante número de explotaciones en condiciones edafológicas, topográficas y climatológicas complejas, especialmente en las amplias zonas de los Sistemas Béticos y dehesas, entre otros.
Problemas puntuales de concentración de nitratos en algunas zonas del territorio andaluz (Bajo Guadalquivir).
Sobreexplotación, contaminación e intrusión marina de acuíferos.
Incendios forestales.
Fragmentación y falta de conectividad de muchos ecosistemas y poblaciones silvestres.
Incremento de las superficies dedicadas a cultivos intensivos y monocultivos que conlleva efectos adversos de la agricultura sobre las especies silvestres.
Importantes pérdidas de suelo y erosión (con riesgo de desertificación) debido al uso intensivo del suelo agrícola basado en el laboreo.
Abandono de sistemas de cultivo de alto valor medioambiental, como los esteparios, debido a su escaso beneficio económico y, en general, escasa rentabilidad financiera de las actuaciones en el medio forestal.
Desequilibrios y deterioro de parte de las dehesas con grave envejecimiento del arbolado por falta de regeneración.
Necesidad de completar la declaración de ZECs (Zonas Especiales de Conservación) y la ordenación de recursos naturales.
La existencia de prácticas agrícolas inadecuadas, los incendios forestales, la sobrecarga ganadera o la presión urbanística amenazan la pervivencia de algunas especies.
AMENAZAS de Andalucía que el Estado presenta al resto de Europa
Limitado acceso al crédito para emprender o innovar, agravado por la coyuntura económica actual.
Inestabilidad de los precios en los mercados mundiales como reflejo de la mayor competitividad.
Competencia creciente ante la producción de terceros países que producen a menores costes, y por el valor tecnológico de los países de Centro Europa (países como Holanda) con producciones muy elevadas y de gran calidad, y que además se encuentran más próximas a los principales mercados de exportación de Andalucía.
Repercusión inmediata en el consumo de las incidencias sanitarias.
Refuerzo creciente del poder de la gran distribución minorista.
Alta dependencia del mercado de la Unión Europea (UE) como destino de las exportaciones agroalimentarias.
Dificultades para transmitir a los consumidores finales los elementos diferenciales de determinadas producciones.
Constante evolución de los marcos normativos sobre seguridad agroalimentaria, trazabilidad, herramientas de seguimiento, etc., y mayor exigencia de los consumidores agravada por una menor accesibilidad al crédito.
Mayor complejidad para el desarrollo de la actividad agraria en las Zonas Natura 2000 (incertidumbre normativa para la conciliación de la actividad agraria y la gestión sostenible de las zonas Natura 2000).
Abandono de cultivos o procesos de intensificación agrícola que afectan a las aves esteparias que están viendo mermados sus hábitats.
Las condiciones climáticas extremas provocan situaciones favorables para que se produzcan incendios forestales. También son de consideración los daños ocasionados en la biodiversidad por fenómenos meteorológicos extremos.
Riesgos ambientales asociados al cambio climático por aumento de los fenómenos meteorológicos extremos: desertificación, impactos negativos sobre las especies vegetales, agrícolas, sequías, daños en infraestructuras, etc.
Erosión del suelo por causa de agentes atmosféricos, principalmente el agua de lluvia.
FORTALEZAS de Andalucía que el Estado presenta al resto de Europa
Existencia de sectores del complejo agroalimentario con experiencia en la incorporación de innovación en sus prácticas y procesos: agricultura protegida, sector lechero, etc.
Presencia de una red de centros e infraestructuras de investigación agraria y agroalimentaria, así como de parques tecnológicos facilitadores de la implantación de nuevas instalaciones agroindustriales en el territorio andaluz.
Importante número de personal investigador y de transferencia de tecnología.
Importancia del IFAPA como instrumento para fomentar la coordinación de los programas y actividades de investigación, la innovación y la transferencia de tecnología, así como para planificar los programas de información y formación del sector agrario.
Extensa oferta formativa reglada (ciclos formativos, grados másteres) y no reglada, y con gran cobertura geográfica de estudios relacionados con el sector agrario, silvícola y la industria agroalimentaria.
Alta competitividad económica de los cultivos de regadío y agricultura protegida.
Desarrollo de modelos asociativos o de colaboración, en muchos casos de carácter público-privado, con implicación e implantación sectorial o territorial.
OPORTUNIDADES de Andalucía que el Estado presenta al resto de Europa
Nuevas modalidades y fórmulas de colaboración en red para el desarrollo de proyectos innovadores entre las instituciones y las empresas del complejo agroalimentario andaluz.
Efecto arrastre de los casos de éxito en la difusión de procesos y buenas prácticas innovadoras.
Dotar al sector productivo de herramientas financieras que permitan la mejora del acceso al crédito en el ámbito rural.
Apertura de nuevos mercados y demanda creciente de productos agroalimentarios con calidad diferenciada (con denominación de origen y ecológicos, entre otros).
Contribución del turismo rural al desarrollo económico de las zonas rurales.
Auge del turismo rural y de naturaleza como interesantes activos económicos.
Creciente demanda de productos diferenciados, con nuevas funcionalidades, producidos de manera más sostenible o en entornos locales.
Desarrollo de nuevas formas de comercialización: mercados locales o de «proximidad».
Mercado (tanto nacional como exterior) que demanda cada vez más productos de calidad y respetuosos con el medio ambiente.
Estricta normativa de calidad de la producción ecológica que contribuye a reducir los excedentes agrarios.
Avances en la autentificación, control y aseguramiento ante el consumidor de los productos y procesos agroalimentarios.
Valoración de las ventajas de la «dieta mediterránea» para la salud.
Desarrollo de la Ley de Artesanía Alimentaria.
Desarrollo de los Planes de Gestión de las Zonas Natura 2000.
Andalucía constituye una de las mayores reservas de biodiversidad vegetal de Europa, y cuenta con ecosistemas forestales de gran diversidad y riqueza.
Aprobación de los Planes Hidrológicos de Demarcación de las Cuencas Intracomunitarias.
Amplia capacidad del entorno forestal para ofrecer una extensa y diversa oferta con relación al entorno natural y desarrollo de actividades.
Demanda ciudadana creciente de equipamientos de uso público e infraestructuras naturales (corredores verdes, caminos, senderos, carriles-bici, etc.), con el consiguiente incremento de visitantes con una alta valoración de la riqueza paisajística y medioambiental.
Casi medio millón de hectáreas en Andalucía son considerados hábitats «prioritarios» por la UE, y el 7 % de la superficie catalogada en España como «de interés comunitario», también se localiza en Andalucía.
Potencialidad del sector de la conservación de la biodiversidad y los espacios naturales y fortalecimiento del empleo verde.
Experiencia en la puesta en marcha de acciones destinadas a la prevención de incendios (líneas/áreas cortafuegos, fajas auxiliares, áreas-pasto, cortafuegos, etc.) utilizando metodologías adaptadas a las características propias del territorio.
Desarrollo de instrumentos normativos y de planificación relacionada con la prevención y adaptación al cambio climático.
Elevado potencial de generación de energía a partir de biomasa u otras fuentes de energía renovables y desarrollo de tecnologías relacionadas con las energías renovables (placas solares, procesos de valorización de biomasa, etc.).
Aumento de la demanda en materia de energías renovables.
La elevada insolación mejora la producción agrícola, fomenta el turismo y es un potencial para la generación de energías renovables.
Utilización de biomasa en sustitución de combustibles fósiles.
Existencia de tecnologías para la creación y utilización de biogás a partir de residuos.
La existencia de un Anteproyecto de Ley Contra el Cambio Climático en Andalucía permite establecer un punto de partida sobre el que desarrollar instrumentos relacionados con la prevención y adaptación al cambio climático en áreas rurales estratégicas, favoreciendo la investigación, el seguimiento y la evaluación de las actividades agrarias y forestales desarrollada en el territorio, así como su influencia sobre los recursos naturales de la región.
Existencia de capital humano formado en el medio rural (neorrurales).
Desarrollo de nuevos nichos de trabajo en el medio rural (biomasa, productos locales, turismo rural, servicios, asistencia, etc.).
Mayor accesibilidad a las Nuevas Tecnologías en las áreas rurales con mayores dificultades, dada la gran potencialidad de su aplicación en el ámbito escolar.
Desarrollo del turismo natural apoyado en el patrimonio, la cultura, la naturaleza, etc.
Desarrollo de nuevos nichos de trabajo en el medio rural (relacionadas con las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC en el medio rural) y mayores posibilidades de desarrollo empresarial.
Desarrollo de nuevas formas de comercialización (TIC).
Me queda clara la utilización de la miseria en nuestra tierra para la potenciación de peticiones económicas internacionales, el fin de ellas lo desconozco, unas van a otros fines e incluso otras se devuelven.
Si prestamos atención a sus reflexiones generales, la de nuestros gobernantes, veremos qué poca diferencia existe al mismo DAFO que sobre Andalucía se podía realizar en los años 70, 80, 90, y así sucesivamente, hasta el actual 2024. Al igual que sucede con sus posibilidades y fortalezas, con sus soluciones. En ese caso, de nuevo me pregunto… ¿Las soluciones son las adecuadas, conocidos sus resultados desde el comienzo de la democracia y nuestra autonomía? Pese a todo el análisis y conocimiento sobre nuestra tierra, desde el año 1955 el PIB per cápita de Andalucía continúa separándose de el del resto del país y del resto de Europa. Parece obvio que los problemas también son otros.
No me queda otra que repetir, todas las autoridades que podáis imaginar son muy conscientes de la situación, trato histórico y actual que recibe Andalucía. Desde todos los gestores del antiguo régimen «la dictadura», los dos jefes de Estado, los dos reyes que hemos tenido desde entonces, los siete presidentes del Gobierno desde la instauración de la democracia en 1978, todos los ministros que pasaron por los diferentes consejos de ministros existentes, diputados, senadores, etc. Todos sin excepción alguna son conocedores y cómplices de nuestra situación actual.