¿Cómo nos ven a los andaluces?

¿Cómo ven Andalucía y que desean aportar? ¿Son conocedores de la situación económica comparada con el resto de España y qué reacciones tuvieron?

Para la completa recogida de impresiones al cierre del estudio que realicé sobre la situación socio económica de Andalucía, “ANDALUCÍA, ¿A qué esperas?” y después de las entrevistas y reuniones con los mercantilistas, para tomar conocer conclusiones. Se tomó el pulso sobre el terreno, realizando diecisiete tertulias, una en cada comunidad autónoma, de las que también vimos sus reflexiones. Igualmente, y en todas las comunidades autónomas, contacté con periodistas de todas ellas, por entenderlos genéricamente como personas algo más que informadas. Fueron un mínimo de cinco periodistas y siete personas de todos los estratos socio económicos, tanto hombres como mujeres, de todas las edades y en cada comunidad. En todas las tertulias se planteó el mismo asunto (Andalucía y su situación social y económica), con una pregunta final: ¿cómo ven Andalucía y a los andaluces desde su comunidad autónoma? De las que destaco igualmente alguna de las reflexiones y comentarios más repetidos:

• La alegría, amabilidad, simpatía, hospitalidad y el altruismo fueron las cualidades más destacadas por el resto de los españoles no andaluces. Por el contrario, y al igual que en la encuesta del Centro de Estudios Andaluces (FUNDACIÓN CENTRA), las valoraciones de sus comentarios relativos a las cuestiones laborales (capacidad de trabajo, profesionalidad y preparación) a duras penas alcanzaron el aprobado. Ahí fuimos duramente criticados.
• Variedad de opinión y tendencias, destacaron en su totalidad una evolución generacional muy marcada, un salto cualitativo en lo referente a nuestros conocimientos, formación y nivel de preparación. Enmarcan a nuestra juventud al mismo nivel que la del resto del país y, en muchos casos, superior por creatividad e ingenio.
• La totalidad de españoles destacan las posibilidades y fortalezas de Andalucía, muy por encima de las que ven en sus propias comunidades. La señalan como la región más rica del país.
• Todas ven a Andalucía como la gran potencia turística destacada en el resto de Europa.
• Contemplan al empresario andaluz desde el respeto por valoración de sus materias primas. Lo ven como muy anticuado, aunque en evolución lenta según generaciones, siempre notaron la falta de preparación, así como entienden que es una competencia temible en caso de despegue. «Si a esos tíos les da por cultivar en serio las castañas, aquí no vende un kilo nadie». Frases similares se escucharon continuamente y referente a casi todos los sectores.
• Referente al empresario andaluz, muchos directamente me preguntaron: ¿allí hay empresarios? Los entienden como personas de negocios y no como empresarios actuales. Salvo contadas excepciones lo valoran como nefasto, así como lo ven responsables de la poca evolución en la aportación de valor añadido a tantos productos y servicios que tienen a su alcance. Acentúan el mínimo esfuerzo mercantil a la hora de evolucionar en sus mercados, destacando su falta de preparación.
• Curiosamente, a más formación del entrevistado, más valoración a su potencial le dan a Andalucía y, proporcionalmente, más duras son sus críticas.
• No nos consideran independentistas y destacan la presencia de banderas españolas en cualquier evento. Hecho que en algunos casos lo señalan como negativo o manipulado, sobre todo como opinión desde Cataluña, el País Vasco y Navarra.
• Muchos nos consideran hermanos de Extremadura.
• En casi todas las regiones españolas, mayoritariamente consideran al andaluz como un ciudadano descaradamente inferior por sus capacidades de formación, conocimientos y rendimiento económico. A excepción de Murcia, Extremadura, parte de Castilla la Mancha, Islas Canarias, Ceuta y Melilla.
• Por el contrario, sienten que el andaluz se considera hermano de todos ellos.
• La falta de formación en Andalucía es algo destacado por casi toda España.
• Todos señalan al IPC y el desempleo de nuestra tierra como lamentable.
• La totalidad apunta al desempleo como el principal problema andaluz.
• El famoso Plan de Empleo Rural (PER) aunque se renombró como Plan de Fomento del Empleo Agrario (PROFEA) y las subvenciones similares, nunca lo entendió el resto del país. Pese a ser todos conocedores de que el PROFEA se amplió en su aplicación a otras comunidades autónomas, como Aragón, Canarias, Castilla La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Murcia. Aunque su distribución alcanza hasta 48 provincias con zonas rurales deprimidas por toda España, la mayoría centradas en Andalucía y Extremadura. Todos lo acentúan también como parte de una compra de votos, indistintamente a aprobar o no su necesidad.
• Notoria falta de industrialización.
• Todos nos ven como un gran destino para fiestas, vacacional y de recreo.
• Aquello de «mañana lo vemos», tendría que pasar a la historia. Esa crítica es continua en todas las provincias.
• La “siesta” nos hace mucho daño.
• La fiesta continua costará quitar de nuestra imagen.
• En todos los casos destacan a los dirigentes políticos en Andalucía como muy malos. Nadie entiende que, después de tantos años, sigamos con el problema tan acentuado de paro.
• La corrupción política del pueblo la destacan como la segunda enfermedad de Andalucía después del desempleo.
• La no existencia andaluza en el color político de sus dirigentes lo tachan de mal endémico en nuestra tierra.
• Hay que apuntar que, en algunos casos, los más veteranos, ya que muchos no habían nacido en aquellas fechas, me destacaron un sentimiento de envidia sana cuando cubrieron, como periodistas, las manifestaciones por la autonomía de Andalucía. En concreto destaco alguna frase que se repitió, de forma muy similar, en muchos de ellos:

"Morón, cuando vi aquello, ¡me acojoné!"

"Fue impresionante, imaginé esa misma movilización en mi tierra, ¡qué envidia!"

Y una anécdota, entre las tantas, que llamó la atención de uno de ellos:

"Jamás olvidaré en Málaga a un nen solo que no tendría más de 14 años, en una macro manifestación con la bandera de Andalucía que se metió entre las patas del trípode de la cámara. Le pregunté: ¿tú qué haces aquí?, a lo que me respondió: luchando por mi tierra. Posiblemente, no te asombre, Morón, pero allí volaron las balas de goma y se repartieron palos a tutiplén."

• Por su número de habitantes, todos la destacan como la gran potencia de peso político que tiene Andalucía en el resto del país, aunque esté dormida o siga en su "siesta".

Salvo algunas excepciones de marcado tinte xenófobo, que no pienso transcribir, aunque también existieron. El respeto y cariño a Andalucía y los andaluces fue casi general. Muchos me transmitieron que se sienten un poco andaluces.

Después de estos comentarios, aún nos queda mucho que trabajar para estar como Comunidad Autónoma con un IPC per cápita al nivel del resto de España, por no hablar del resto de nuestros vecinos europeos. El seguir desaprovechando cualidades que el resto de Europa ven como diferenciadoras y de calidad, es algo que no debemos admitir. Al igual que al final de su estudio, y según indica la Fundación CENTRA, hay que apostar por una Andalucía que se identifique con la calidad de sus productos, con su historia y sus paisajes, pero también con una región de grandes trabajadores, de gente comprometida, formada y que es capaz de estar a la altura de las sociedades más modernas.

Terminaré puntualizando lo mucho que molestaría en la política nacional un resurgir del nacionalismo andaluz, cualquier diferencia molesta al gobierno central, al poder sobre los poderes, molestan las diferencias territoriales, molestan otros acentos, otras lenguas, otra diversidad y, como decimos aquí, no te digo ná si encima es de una Comunidad con tanta fuerza por su tamaño de población y capacidad de influencia en los altos estamentos.

El día que Andalucía, representada por un andalucismo "descarao", se presente en los Gobiernos de Europa y España, entonces existirá, notarán y notaremos, la fuerza del poder andaluz.