Conoce los detalles del altar ganador que cautivó a todos en Almería

La Hermandad de la Soledad se ha alzado con el primer premio en el VIII Concurso de Exorno de Altares, una iniciativa del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería. La estética del montaje, la ornamentación floral y la simbología litúrgica han sido admiradas hoy en los seis altares temporales que las hermandades almerienses han dispuesto en las calles para realzar la procesión del Corpus Christi. El edil de Cultura, Diego Cruz, ha estado presente junto al jurado y ha hecho entrega de los galardones, subrayando el deseo de "revitalizar y promover las tradiciones almerienses, y este concurso embellece la procesión del Corpus Christi para el deleite de la ciudadanía".

El Exorno de los Altares es una costumbre que implica la creación de altares temporales a lo largo del itinerario de la procesión del Corpus Christi, donde las hermandades y cofradías exponen las imágenes de los santos y elementos del culto sacramental, todo ello exquisitamente adornado con flores.

Este año, la victoria ha sido para la Hermandad de La Soledad, que ha diseñado un espacio conmovedor frente a la Iglesia de Santiago. En segundo lugar, la Hermandad de la Macarena, seguida por cuatro menciones honoríficas: las Hermandades de Estudiantes, Virgen del Carmen de las Huertas, Santo Sepulcro y Santísimo Cristo de la Caridad.

El jurado ha contado con la participación de Francisco Sala, canónico de la Catedral; Rafael Soriano, integrante de la Junta Directiva de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería; y José Luis Molina, de FOCOAL, con Lola Martínez, del Área de Cultura del Ayuntamiento, actuando como secretaria.

Desde la Hermandad de la Soledad explican que han erigido una torre sacramental asemejándose al paso de la custodia. En el primer nivel se sitúa la Custodia, seguida por el Cordero Místico y culminando con un adorno de azucenas en alusión a la Inmaculada Concepción. Al frente, se presenta una figura infantil atribuida a Cristóbal Ramos del siglo XVIII, y un altar listo para la celebración de la Eucaristía, flanqueado por ángeles.