Miguel Poveda, con el flamenco en su corazón, vuelve a sus raíces tras explorar diversos géneros musicales, creando fusiones audaces y originales. Desde niño, en el barrio 'andaluz' de Badalona, los sonidos del cante jondo y la copla resonaban mientras ayudaba a su madre, sonidos que ahora inspiran su nuevo espectáculo. La poesía de Federico García Lorca, un elemento recurrente en su obra, es la segunda fuente de inspiración. Estos dos universos convergen en su concierto, inspirado en el libro 'Poema del cante jondo' de Lorca, con 55 poemas que rinden tributo al arte flamenco. Poveda ofrece una interpretación musical deslumbrante y emotiva, primero inmortalizada en su último álbum y ahora llevada por todo el mundo en su gira.
El Auditorio Maestro Padilla se entregó a la magia de Poveda, un artista que fusiona con maestría la tradición y la innovación del flamenco. Su espectáculo, meticulosamente elaborado, es un homenaje visual y sonoro a la poesía de Lorca, un deleite para los sentidos con la voz de Miguel y la compañía de destacados artistas. Entre ellos, el tocaor Jesús Guerrero, con quien grabó el disco en su hogar. Poveda comparte una anécdota: "Dejaba el coche y caminaba hacia su casa en San Fernando, siempre me detenía frente a la puerta donde vivió Camarón, y eso me llenaba de inspiración".
El concierto, que duró casi dos horas y media y presentó 19 poesías, fue una experiencia íntima en la que el flamenco más puro brilló como protagonista, junto con la riqueza cultural de sus múltiples facetas, cautivando a todos los presentes. Jesús Guerrero, con su guitarra, interpretó cada nota con precisión, contribuyendo a un espectáculo que, si cabe, superó su anterior adaptación del repertorio de Lorca en "Enlorquecido" de 2018. Si aquel fue un enfoque más contemporáneo, moderno y a veces transgresor, este se adhirió a una ortodoxia plena en la que se mostró igualmente en su elemento. Al igual que los grandes maestros, como Lebrijano, Camarón de la Isla o Enrique Morente, que poseían la habilidad de adherirse a los cánones o romperlos en su búsqueda de evolución y madurez.
Miguel Poveda, manteniendo la frescura y agilidad vocal que le ha caracterizado desde el inicio de su carrera, comienza a enriquecer su voz con una profundidad en los tonos graves que complementan los adornos y florituras con los que enamora a su audiencia. Anoche, el público se rindió una vez más ante su talento, en una comunión natural y coherente del cantaor con la obra de Federico García Lorca. Los lamentos resplandecían en las bulerías, así como los melismas sobre el grito, con puños cerrados y el corazón al descubierto. Poveda infunde dolor a un palo festivo como las bulerías y logra que suenen con más profundidad estilos como la caña, las malagueñas o las verdiales.
El espectáculo comenzó con un emotivo 'Ay', seguido de una malagueña y verdial que dieron vida a 'Juan Breva'. La 'Baladilla de los tres ríos', aquel texto de Federico García Lorca que enamoró a los intelectuales y ensalzó el cante jondo, se transformó en una vibrante cantiña. La soleá tocó el corazón de la audiencia, al igual que la seguirilla 'Retrato de Silverio Franconelli'. El público, completamente cautivado, disfrutó del momento perfecto para una bulería con 'Puñal Encrucijada', seguida de una ovación que dejó paso al brillo individual de Jesús Guerrero.
Miguel Poveda, con una interpretación profunda y sincera de 'Canción de la madre del Amargo' y los tangos de 'Encuentro', evocó con nostalgia sus años en 'Sevilla', ciudad a la que homenajeó con un palo. La escenografía, meticulosamente cuidada, se reflejaba en cada detalle y en interpretaciones magistrales como la 'Saeta', que resonaba al compás del tambor. La velada continuó con un giro hacia la bulería en 'Paisaje', antes de entrar en la recta final con 'La niña del Albaicín', 'La senda del viento' y 'Ojos verdes'. El cierre fue un recuerdo a las canciones populares de su niñez, culminando con 'Canción del gitano apaleado', una metáfora rítmica de rumba que denunciaba las barbaries, guerras y agresiones. Los bises resonaron con 'No me encontraron', dejando al público anhelando más.
En el escenario, Miguel Poveda no está solo; le acompañan talentos como Jesús Guerrero en la guitarra, Paquito González en la percusión, José Manuel Posadas ‘Popo’ al bajo, pianistas y coristas, destacando entre ellos los hermanos Makarines.
Celebramos treinta años de carrera de un artista excepcional, Miguel Poveda, brillante estrella del programa primaveral del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería. La audiencia, puesta en pie, aplaudió su talento, carisma, dedicación y excelencia. Un arte desbordante llenó el escenario en un homenaje a Lorca y al cante jondo, ejecutado con pasión y precisión. Nos regaló una experiencia inolvidable, donde la intensidad emocional del cante jondo se fusiona con las reflexiones profundas de Lorca sobre la esencia del flamenco. Olé maestro, tu arte nos conmueve y trasciende.
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